La plata fue para el letón Evgeni Sapronenko, con 9,706 puntos, y
el bronce para el rumano Marian Dragulescu, con 9,612. Deferr, que
saltó en séptimo lugar entre los ocho finalistas, fue ganando
opciones de podio según los primeros finalistas iban fallando.
En una sola tarde, la que cerraba la competición de este deporte
en Atenas, la gimnasia española logró el doble de podios que en
todos los Juegos anteriores, en los que figuraba como único premio
el oro del propio Deferr en salto en Sydney 2000.
Gracias a una nota de 9,737, mejor incluso que la de hace cuatro
años (9,712), Deferr repitió ayer el mismo guión de entonces: tras
fallar en suelo, el aparato en que es verdaderamente especialista,
puso punto y aparte con una actuación destacada en salto que le
llevó al primer escalón del podio. Fue la primera medalla de oro
que gana España en los Juegos de Atenas.
El ruso Alexei Bondarenko, plata en Sydney, aterrizó con las
rodillas en su dos intentos, con el cuerpo totalmente
descontrolado, y no pasó del 4,450. Fue retirado del gimnasio en
camilla, con problemas de espalda, y llevado a un hospital con una
lesión de columna, aunque aparentemente sin daños neurológicos. Una
triste manera de celebrar su vigésimo sexto cumpleaños.
Li Xiaopeng, campeón del mundo de salto en 1999, 2002 y 2003,
cayó sentado en el primer salto y tampoco clavó el segundo, por lo
que se quedó en 9,368.
El letón Evgeni Sapronenko, con una media de 9,706, se convirtió
en el rival a batir.
En su primer salto, Deferr dobló ligeramente las rodillas y dio
un paso en la recepción. Mereció un 9,687. Pero el segundo lo clavó
y, con un 9,787, obtuvo una media de 9,737, la más alta hasta
entonces.
Sólo quedaba por salir el rumano Marian Dragulescu. Su primera
ejecución fue genial y se hizo merecedora de un 9,900, la nota más
alta de toda la competición. Pero se desequilibró en la salida del
segundo salto y tuvo que apoyar una mano para no caerse. La medalla
de oro estaba ya en el cuello de Deferr.
El español se subió al potro para saludar al público, tras
fundirse en un abrazo con sus entrenadores.
La segunda corona de campeón olímpico cierra un ciclo
particularmente difícil para Deferr, que en cuatro años se ha
operado de los dos hombros, ha cumplido una sanción por dopaje
debido al consumo de cannabis, ha padecido lesiones diversas y,
reveló ayer, el pasado 25 de abril perdió a un hermano, a quien
dedicó su triunfo.
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