El australiano Nathan Deakes, cuyo historial carecía de relieve
en alta competición, dejó fuera del podio al campeón y
plusmarquista mundial, el ecuatoriano Jefferson Pérez, que ejecutó
una marcha con muchos altibajos y cedió en el momento supremo
después de haber dado caza a los de cabeza a tres km. de la
conclusión.
La final masculina de 20 kilómetros marcha, con 48 atletas en
nómina, inauguró a las 9.00 de la mañana el remozado estadio
Olímpico de Atenas donde a lo largo de diez días se desarrollarán
las pruebas de atletismo de los Juegos. El termómetro marcaba 24
grados y la humedad era del 43 por ciento.
Jefferson Pérez, campeón y plusmarquista mundial, y «Paquillo»
Fernández, subcampeón del mundo, asumieron desde la salida su
condición de favoritos y en un cuarto de hora habían seleccionado
ya en cabeza a una veintena de andarines.
Fernández compitió bajo los efectos de una fuerte carga
emocional. Manuel Alcalde, su entrenador de toda la vida, murió en
abril pasado después de librar durante años un combate contra su
enfermedad. El español llevaba un crespón negro en el hombro
izquierdo. Aunque había anunciado una táctica conservadora,
Fernández hizo todo el gasto en la primera media hora, marchando a
4:04 el kilómetro. A su sombra, siempre la inquietante gorra blanca
de Jefferson y el italiano Ivano Brugnetti.
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