Nunca España tuvo un elenco tal de especialistas en pruebas de
un día, «clasicómanos» que florecieron -David Etxeberria, Juan
Antonio Flecha, por citar algunosal calor de los dos campeonatos
del mundo del cántabro despistado y lúcido, Oscar Freire.
Tampoco alcanzó el podio más allá del oro y la plata de Miguel
Indurain y Abraham Olano en la crono de Atlanta'96. Ni siquiera el
propio Freire pudo alcanzar el sueño olímpico poco después de
cumplir el mundialista y no quedó más que el decimoséptimo en
Sydney, alejado del alemán Ullrich.
La prueba ateniense será un continuo vaivén en un circuito, de
13,2 kilómetros al que habrá que dar 17 vueltas, por el casco
histórico de Atenas, con tres subidas. La primera, bastante
tendida, a la zona de Alexandras, con porcentajes del 1,5 al 3 por
ciento, con un desnivel de 60 metros; la segunda, a la colina de
Likavitos, del 4,5 al 6,5 por ciento y 120 metros de desnivel; y la
tercera, la más asequible, a la monumental Acrópolis, de 700 metros
con tramos de pavé y 30 tan solo de desnivel.
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