Carlos de Torres|BESANçON
El estadounidense Lance Armstrong se proclamó virtual vencedor del Tour de Francia al imponerse en la contrarreloj de Besancon, de 55 kilómetros, en la que el alemán Andreas Kloden desbancó al italiano Basso del segundo puesto del podio y Francisco Mancebo conservó el sexto.

Armstrong remachó a lo grande un Tour en el que apenas ha tenido oposición y donde ha impuesto una autoridad de hierro desde el banderazo de salida. Ayudado siempre por un potente equipo que nunca la ha fallado, el texano, a punto de cumplir los 33 años, ha puesto el toque de calidad para ponerse por delante de Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain en la general de legendarios.

Armstrong, a falta del protocolo de la última etapa de París, ya tiene la sexta corona consecutiva y ocupará un lugar en solitario en la historia del Tour, algo que ha conseguido con una superioridad absoluta desde las primeras etapas y con 6 triunfos parciales, uno por equipos. «Este año me he divertido como nunca», admitió. La foto final del Tour 2004 quedó definida con el texano en lo más alto y acompañado por el campeón de Alemania Andreas Klöden y el italiano Ivan Basso como segundo y tercero respectivamente. Francisco Mancebo, terminará sexto como mejor español. Además quedaron dentro del «Top ten» Carlos Sastre, octavo, y Oscar Pereiro, décimo.

La segunda plaza fue para el cinco veces segundo Jan Ullrich a 1:01 y la tercera para el amigo y compañero del líder del T-Mobile, Andreas Klöden, a 1:27. Basso volvió a demostrar que se defiende mejor en montaña, cedió 2:50 y el segundo peldaño del podio. Fue el más castigado de la jornada porque dilapidó más de un minuto respecto al alemán.

En el resto de alicientes que tenía pendiente la carrera francesa en la contrarreloj de Besancon, el ruso del Illes Balears Vladimir Karpets se puso al frente de la clasificación de jóvenes a costa del francés Thomas Voeckler. Una pequeña alegría para el conjunto español después del disgusto del día anterior con la pérdida del triunfo de etapa de Chente.

El vuelo rasante de Armstrong se declaró ya en el kilómetro 18, cuando la ventaja sobre Ullrich, Klöden y Basso superaba los 42 segundos. En el 35 el líder del T-Mobile se mantenía en la misma cifra mientras que su compañero de filas perdía 1:04. Un rodaje poderoso el del americano, quien se superaba metro a metro sabiendo que las referencias eran inmejorables y que la victoria no se podía escapar. Los españoles dieron buena imagen con la novena plaza de Rubiera a 3:40 y tanto Santos González como su tocayo Aitor estuvieron largo rato con el mejor tiempo, aunque al final cayeron en los puestos 13 y 14. Mancebo se descolgó hasta la plaza 35 a 6:35. Armstrong pasó a la historia dorada del Tour en la ciudad donde nació Víctor Hugo. El americano no eligió un lugar cualquiera para escribir una página posiblemente tan irrepetible con los versos del escritos francés. «En las próximas semanas» decidirá si vuelve en 2005.