Theodoros Zagorakis, capitán de Grecia, levanta el trofeo de campeón.

La extraordinaria odisea griega en la Eurocopa 2004 terminó con una victoria de 1-0 frente a Portugal en la final, coronándose campeón de Europa por primera vez en su historia. Grecia, que nunca antes había ganado un partido en un gran torneo, levantó el trofeo gracias a un gol de cabeza que anotó el delantero Angelos Charisteas en el minuto 57. Los griegos demostraron toda la tenacidad defensiva que han tenido durante todo el torneo y que los ha llevado hasta una victoria en la final frente a Portugal, algo que no podrían haber soñado ni sus mas fervientes seguidores antes de la Euro. La victoria de los griegos también fue el triunfo del alemán Otto Rehhagel, quien puso a Grecia en la cima del fútbol europeo en menos de tres años y se convirtió en el primer entrenador que gana una Eurocopa con un país distinto al suyo. El resultado de la final acabó con los sueños de Portugal, que también disputaba su primera final, y confirmó que la victoria de Grecia por 2-1 frente a la selección anfitriona en el partido inaugural hace tres semanas no fue una casualidad. Luego de la final, el seleccionador de Portugal, el brasileño Luiz Felipe Scolari, dijo que la derrota era difícil de asumir. «Pedimos disculpas a todos los portugueses porque fuimos incapaces de lograr el gol que tanto querían», dijo Felipao. «Es duro. Es duro perder de esta forma (..) jugar un partido de esta forma, sin goles», añadió. «Ganaron a la defensiva. Ganaron porque sabían cómo jugar de esa forma», apuntó el brasileño, que llevó a su país al título mundial hace dos años. La victoria sobre Francia en los cuartos de final convirtió a Grecia en el primer equipo capaz de vencer a los anfitriones y a los defensores del título en la misma competición, y alcanzaron la final con un superlativo esfuerzo de equipo frente a la talentosa República Checa en semifinales. Muchos pensaron que ese trabajo duro en la prórroga del jueves los dejaría mermados para competir con el anfitrión, que se había recuperado de su decepción en el partido inaugural. Pero los griegos, con su disciplina táctica, desarrollaron sin problemas su fortaleza y su formidable trabajo en equipo sin ninguna dificultad. El trabajo de Miguel y Maniche fue todo lo que Portugal mostró en la primera parte, mientras que Ricardo tuvo que intervenir para evitar que Charisteas culminara una buena aproximación.