REPÚBLICA CHECA:Cech (**); Jiranek (*), Ufjalasi (**), Bolf (*), Jankulovski (**), Poborsky (***), Galasek (***), Rosicky (***), Nedved (***); Koller (***) y Baros (***).
Heinz (*) por Baros, Rozehnal (*) por Bolf y Grygera (*) por Jiranek.
DINAMARCA:Sorensen (*); Helveg (*), Laursen (*), Henrikssen (*), Bogelund (*), Poulsen (*), Claus Jensen (*), Gravesen (*), Gronkjaer (*); Tomasson (*) y Jorgensen (*).
Cambios:Lovenkrands (*) por Jorgensen, Rommedahl (*) por Gronkjaer y Madsen (*) por Claus Jensen,
Àrbitro:Valentín Ivanov (RUS). Enseñó tarjeta amarilla a Jankolovski (m. 10) Ufjalusi (m. 44), Poulsen (m. 51), Bogelund (m.53), Nedved (m, 61), Gravesen (m.77).
Goles:
1-0, minuto 49, Koller.
2-0, minuto 63, Baros.
3-0, minuto 65, Baros.
Jenaro Lorente|OPORTO
La República Checa confirmó en Oporto que es el gran candidato para levantar el próximo domingo en el estadio de La Luz la copa que le acredite como mejor selección de Europa. El equipo de Karel Bruckner suma sus comparecencias en el torneo con victorias. Lleva cuatro de cuatro y todas ellas logradas de forma brillante, con buen juego. Milan Baros fue el encargado de «fusilar» a Dinamarca en el estadio del Dragón. El delantero del Liverpool anotó dos tantos espectaculares que pusieron el marcador en 3-0 y «enterraron» las posibilidades de un rival inocente y sin pegada, que se rindió a la evidencia en la segunda mitad.
Por que fue en ese período cuando la República Checa se hizo con el partido e impuso definitivamente su superioridad. No fue así en la primera parte, en la que la posesión de balón fue para los daneses. Despertó el equipo de Bruckner al comienzo del segundo período. Fue cuando comenzó Nedved a distribuir y cuando el veterano Poborsky sacó a relucir su mejor fútbol. Todo ello facilitado por el oportunismo del gigante Koller, que puso a su equipo en el camino del éxito a los cuatro minutos de la reanudación. El delantero del Dortmund remató de cabeza a la red un balón procedente del saque de corner.
Ahí se acabó la resistencia danesa y comenzó el baile para los checos, que exhibieron sus mejores virtudes y encandilaron a sus fieles seguidores. En el minuto 63, Poborsky le puso un balón en profundidad a Baros dentro del área para que éste lo levantase con un sutil toque por encima del portero. Un tanto precioso que precedió al que solo dos minutos después volvió a marcar el propio Baros. Esta vez fue Pavel Nedved el que le sirvió un pase magnífico que Baros llevó a la red con la misma brillantez. Dos sensacionales goles en dos minutos que sentenciaron el partido en una nueva gran actuación de la República Checa. Desde ese momento fue coser y cantar para los checos, que se recrearon, sabedores de que el marcador no corría peligro y cedieron la posesión del balón a Dinamarca, que intentó anotar el tanto del honor. No lo consiguieron los daneses, que aceptaron la derrota como una consecuencia lógica de su inferioridad ante un equipo que dio un nuevo paso en su lucha por estar en la final. Los checos llegaron a Portugal sin hacer ruido, pero convencidos de que podían hacer algo grande. Ya están en las semifinales, ronda en la que se enfrentarán a Grecia el próximo jueves. La lógica indica que estarán el domingo en el estadio de la Luz de Lisboa para luchar por la batalla definitiva, la que puede dejarle en el olimpo.
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