Portugal 1
Grecia 2

PORTUGAL: Ricardo (*), Paulo Ferreira (*), Jorge Andrade (*), Couto (*), Rui Jorge (*); Costinha (*), Maniche (*), Rui Costa (-), Figo (*), Simao (-) y Pauleta (*).
Cambios: Cristiano Ronaldo (*) por Simao; Deco (**) por Rui Costa y Nuno Gomes (*)por Costinha.

GRECIA: Nikopolidis (**), Seitaridis (**), Dellas (***), Kapsis (**), Fyssas (*), Zagorakis (*), Basinas (**), Giannakopoulos (**), Karagounis (**), Vrizas (**) y Charisteas (**).
Cambios: Katsouranis (*) por Karagounis; Nikolaidis (*) por Giannakopoulos y Lakis (*) por Charisteas.

Àrbitro: Pierluigi Collina (ITA). Enseñó tarjeta amarilla a Costinha (m.21) y a Karagounis (m. 39).

Goles:

0-1. Minuto 7, Karagounis.

0-2. Minuto 51, Basinas, de penalti.

1-2. Minuto 93, Ronaldo.

Incidencias: Partido inaugural de la Eurocopa de Naciones disputado en el estadio Dragón de Oporto ante 52.000 espectadores. Asistió al encuentro el presidente de la República portuguesa, Jorge Sampaio, y su mujer María José Ritta, así como el primer ministro, José Manuel Durao Barroso, además de otras autoridades de Portugal.

Jenaro Lorente|OPORTO

La selección de Grecia protagonizó la primera gran sorpresa de la Eurocopa en el partido inaugural, en el que derrotó con justicia a Portugal que, nervioso, no supo nunca serenar el envite y actuó atropellado y presionado por la necesidad de una victoria que no consiguió y que le complica gravemente el futuro en la competición. Grecia, que llegó al partido con piel de cordero, se quitó el disfraz al saltar al estadio Dragón. Los pupilos del alemán Otto Rehhagel, que en la víspera había señalado a su equipo como víctima propiciatoria, le perdieron el respeto a los locales desde el inicio y se desenvolvieron sobre el cuidado césped con una desenvoltura propia de los grandes.

De esta forma, bien armados atrás y con mucha velocidad en las puntas, Grecia se aprovechó del nerviosismo de la defensa de Scolari para acercarse con mucho peligro a la portería de Ricardo.

Y muy pronto llegó el «mazazo» para una desconcertada Portugal. En el minuto 7, Giorgios Karagounis se aprovechó de un error de Paulo Ferreira para hacerse con el balón y sorprender a Ricardo con un tiro lejano que entró pegado al palo derecho del cancerbero.

Fue una consecuencia lógica por lo que se estaba viendo sobre el césped del Dragón, aunque quizá con un premio demasiado madrugador para los visitantes.

Portugal pecaba de ansiedad, no hilaba tres pases consecutivos y la retaguardia seguía manifestando una inocencia alarmante. De ello no supo aprovecharse Grecia en la primera mitad, en la que gozó de ocasiones para hacer el segundo tanto que hubiese significado la puntilla para los portugueses.

Portugal reaccionó algo pasada la media hora de partido. Fue cuando Rui Costa pudo igualar el marcador. También tuvo su opción Simao Sabrosa, pero el juego local estaba construido con más corazón que cabeza y, aunque mejoraba, lo hacía lentamente y sin efectos en el marcador.

Fue en el comienzo de la segunda mitad cuando Grecia puso tierra de por medio. Cristiano Ronaldo cometió un penalti sobre Seitaridis y Basinas se encargó de transformar el 2-0 (m.51), ante la desolación en la abarrotada grada.

Fue la sentencia y la confirmación de la sorpresa. El tanto agudizó la crisis de los locales, que no superaron su ansiedad y continuaron sin sentido de la orientación. La marcha implacable de reloj hacia el final aumentó la descoordinación de los portugueses, que intentaron una remontada imposible hasta el final. Cristiano Ronaldo

marcó el tanto del honor en el minuto 93, demasiado tarde.

Fue un tanto que maquilló el marcador, pero no el mal juego de los locales, que finalmente sucumbieron y ven peligrar su continuidad en una Eurocopa que con tanta ilusión acogen en su país.

No cabe duda que este marcador final ha alterado el latido de todo un país. La euforia colectiva que ha marcado los días previos al inicio del torneo se enfrió tras el desastroso resultado de la selección anfitriona en su estreno europeo ante la «cenicienta» Grecia.