El Barcelona espera que el inexpugnable Palau Blaugrana dicte sentencia a su favor en el quinto y definitivo partido de la final de la Liga ACB, que le enfrentará hoy (18.00) a un crecido Adecco Estudiantes, que ha sido capaz de igualar a dos una serie en la que comenzó perdiendo los dos primeros encuentros.

El ambiente terrorífico del Palau, donde los azulgrana se convierten en un equipo dificilísimo de batir, la bisoñez de un Estudiantes que está jugando su primera final de la ACB y las estadísticas, que indican que jamás un equipo ha ganado una final que comenzó perdiendo por 2-0, son los principales argumentos para un Barcelona que llega, sin embargo, tocado al partido decisivo.

El equipo catalán sufrió muchísimo para ganar los dos primeros encuentros de la final en el Blaugrana (79-78 y 80-74), y se ha encontrado en los dos siguientes con un Estudiantes demoledor, que le ha arrollado en su feudo de Vistalegre (82-72 y 85-68), y que llega por lo tanto al momento decisivo con la moral al cien por cien.

Los madrileños, pese a acabar la fase regular de la ACB como quintos clasificados, han demostrado además una combatividad, una ambición y una fe en la victoria impresionantes, después de haber superado la desventaja de campo tanto en los cuartos de final (ante el Real Madrid) como en las semifinales, en las que fueron capaces de superar en el quinto partido al todopoderoso Tau en Vitoria.

El equipo que entrena Svetislav Pesic tendrá hoy a su favor, además de a su público, a la experiencia de unos jugadores como Dejan Bodiroga, Gregor Fucka o Juan Carlos Navarro, acostumbrados a asumir la responsabilidad y a ser decisivos en los partidos importantes. Pero el Barcelona también puede tener en su contra la losa que puede suponerle el haber sido incapaz de ganar nada esta temporada después de haber conseguido hace un año el triplete histórico de títulos .

El mejor equipo de la temporada pasada podría pasar a quedarse huérfano de títulos en esta campaña si pierde, algo similar a lo que le ha sucedido en fútbol al Galáctico Real Madrid. Para no quedarse en blanco de títulos, Pesic volverá a encomendarse a Bodiroga, su jugador franquicia y más resolutivo en la final, y tendrá en la recámara la pólvora de un Navarro y Fucka.