La historia reciente de la SD Eivissa está jalonada de altibajos,
incluso de varios nombres, cuya excepción es la estabilidad y, en
consecuencia, la credibilidad que Mariano Riera ha devuelto al club
insignia del fútbol en la ciudad de Eivissa. Riera es el último de
los siete presidentes que en los últimos diez años han pasado por
la presidencia. Según destacan desde el sector del fútbol, la
antigua y desaparecida Sa Deportiva Ibiza siempre fue bien
considerada. «Un club señor», describen los que saben de fútbol.
Hasta que llegó el empresario italiano Bragantini que pasó como un
huracán por el club bermellón, acabando en dos años con la historia
que honraron Juanito Miró y Julián Verdera. Con Bragantini, Vicente
Torres fue el que ocupó el cargo de presidente del club. Pero al
ser condenado a pena de cárcel por fraude al fisco francés, el
empresario abandonó el club a su suerte y se hicieron gastos sin
contar con fondos en tesorería. De hecho, aún hoy día hay
directivos -la mayoría trabajadores y no empresarios- que pusieron
dinero de su bolsillo que no ha sido devuelto, aunque otros
tuvieron más suerte.
El club había conseguido el ascenso a Segunda B en la temporada
91-92, pero la siguiente temporada bajó por impago. Los jugadores
se pusieron en huelga en enero de 1993 y en seis meses no habían
cobrado el sueldo. Entonces, el club no contaba con una plantilla
semiprofesional, como ahora, sino que era una plantilla cuya
manutención y desplazamientos suponía un presupuesto de más de 100
millones de pesetas, es decir, 600.000 euros. Después, la 'patata
caliente', es decir, el club, tuvo que cambiar de nombre porque la
SD Ibiza se declaró insolvente y dejó muchos acreedores, lo que no
prescribe hasta pasados quince años desde la comisión del delito.
José Bufí y Armando Tur Gotarredona pasaron por el cargo con tal de
dar continuidad al proyecto deportivo que llegó a descender a
Tercera División. Llegó a haber dos clubes con nombres similares
coexistentes con Gotarredona y José Roig, quien estuvo más de dos
temporadas en el club. Posteriormente, retomó su labor Francisco
Marí, el de Mesón de Paco, que estuvo seguido por Vicente Segovia,
que permaneció un año al frente del club.
En el 2000, Mariano Riera coge al club en agosto y comienza a
trabajar contrarreloj junto con los resquicios de la antigua
directiva en la que permanece como secretario Braulio Díaz y otros
como Bufí. Lo primero que hizo fue darle un nuevo nombre a la
entidad: CE Eivissa. Que al año siguiente cambiaría para recordar
más al antiguo: SD Eivissa. Aunque era su intención hacer una
sociedad deportiva, lo cierto es que este proyecto cayó en el
olvido. Cuatro años ha permanecido Riera devolviendo la
credibilidad económica al club y situándolo entre los mejores
durante las dos últimas temporadas. El legado de Riera, sin
embargo, según las fuentes consultadas, en el plano deportivo se ha
quedado corto.
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