MÓNACO: Roma (*), Ibarra (*), Givet (*), Rodríguez (*), Evra (*), Giuly (*), Cissé (*), Bernardi (*), Zikos (*), Rothen (*), Giuly (*) y Morientes (*).
Cambios: Prso (*) por Giuly, Nonda (*) por Cissé y Squillaci (*) por Givet.
OPORTO: Vitor Baia (**), Paulo Ferreira (**), Jorge Costa (**), Ricardo Carvalho (**), Nuno Valente (**), Pedro Mendes (**), Costinha (**), Maniche (**), Deco (**), Carlos Alberto (**) y Derlei (**).
Cambios: Alenitchev (**) por Carlos Alberto, McCarthy (-) por Derlei y Pedro Emanuel (-)por Deco
Arbitro: Kim Milton Nielsen (DIN). Amonestó a Nuno Valente, Carlos Alberto y Jorge Costa, del Oporto.
Goles:
0-1, Minuto 39, Carlos Alberto.
0-2, Minuto 72, Deco.
0-3, Minuto 75, Alenitchev.
R. Zuleta|ALEMANIA
El Oporto obtuvo su segunda Copa de Europa al deshacer el sueño del Mónaco del español Fernando Morientes en tres minutos mágicos, los que necesitó para resolver con los dos últimos goles la final de Gelsenkirchen, que hasta entonces había estado marcada por un enorme equilibrio táctico.
Los dos equipos salieron con bastante precauciones tácticas y, aunque el Mónaco se mostró un poco más atrevido en el ataque, tampoco pareció estar dispuesto a correr demasiados riesgos ofensivos.
El Oporto se concentró bastante en marcar al contrario desde muy cerca, desde casi la raya central, y a tender la trampa del fuera de juego, con éxito reiterado, cuando el Mónaco recurría a los pases largos por encima de la defensa.
En el ataque, los portugueses intentaron salidas por la banda izquierda, aprovechando la habilidad de Carlos Alberto, y contragolpes rápidos a la hora de recuperar la pelota tratando de sorprender al Mónaco a contrapié.
El planteamiento táctico de los dos equipos hizo que hasta el minuto 29, cuando Carlos Alberto abrió el marcador con un disparo con la pierna derecha, no hubiese situaciones de verdadero peligro en ninguna de las dos porterías, si se exceptúa un mano a mano entre el meta del Oporto Vitor Baia y Ludovic Giuly en el minuto 3.
El gol de Carlos Alberto, además, tenía un peso tremendo en un partido casi sin ocasiones, en el que pesaba mucho la táctica.
Segunda parte
En todo caso, el Mónaco salió al segundo tiempo con la carga de tener que hacer el partido mientras que el Oporto podía permitirse el lujo de mantener las tablas tácticas que habían caracterizado el compromiso durante buena parte del primer tiempo.
Sin embargo, fue el Oporto el que salió a atacar en los primeros minutos de la segunda parte, probablemente tratando de aprovechar el desconcierto que pudo haber producido el gol de Carlos Alberto en las filas del Mónaco.
El Mónaco volvió con más frecuencia a pisar la mitad contraria y Mourinho, hacia el minuto 60, mostró que creía que había llegado el momento de controlar el partido al sacar a Carlos Alberto y darle paso al ruso Dimitri Alentchev.
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