El entrenador del Barcelona, Frank Rijkaard, aseguró ayer que no
se conforma con el empate en el partido que su equipo disputa hoy
en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid, pese a destacar la
dificultad del rival y la «ventaja» que podría tener el equipo
blanco por jugar en casa y ante su público.
«Antes de un partido no puedes pensar en el empate, sino entrar
en el campo para buscar el mejor resultado», señaló Rijkaard, quien
consideró que es después del partido cuando puede valorarse los
méritos hechos por su equipo para obtener un mejor o peor
resultado.
Rijkaard opinó que los jugadores del Madrid «pueden sentir
presión, porque se están jugando la Liga», pero subrayó que su
equipo acude a la cita del Bernabéu «con confianza, pero con los
dos pies en el suelo». Al respecto, recordó que «no habréis oído
hablar a ninguno de nosotros infravalorando al oponente. Vamos con
gran respeto», indicó, «porque es un gran club».
El técnico holandés explicó que planteará el partido «intentando
jugar como lo hemos hecho últimamente» y que «vamos a entrar con
mentalidad y para demostrar que estamos en un buen momento».
El entrenador azulgrana cree, sin embargo, que el clásico de la
Liga «es un partido único», en el que «no se sabe nunca quién va a
ganar». Rijkaard destacó que «el Madrid necesita muchísimo los
puntos», pero que su equipo también quiere ganar, porque de hacerlo
podría plantearse un objetivo más ambicioso que el de acabar entre
los cuatro primeros para clasificarse para la Liga de Campeones,
algo que el Barcelona casi se ha garantizado ya.
Preguntado sobre qué espera que ocurra en el encuentro de hoy,
Rijkaard dijo escuetamente que «espero mucho», a la vez que afirmó
que su equipo está «en un buen momento» y tiene «la mentalidad
correcta y un espíritu de equipo».
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