Roberto Carlos, uno de los puntales de la zaga del Real Madrid.

La Copa del Mallorca se pone en juego. El Real Madrid, que lleva once años sin conseguirla, tratará de romper esta mala racha en el Lluis Companys contra un Zaragoza que se ha especializado en este título en la última década, con dos trofeos y una final. Carlos Queiroz, entrenador del Real Madrid, lo tiene claro. El capitán Raúl González, y el portugués Luis Figo han superado las molestias de última hora y serán titulares. Quien no jugará será Ronaldo, lesionado con una rotura muscular.

La alineación del equipo blanco, que actuará de local, está clara y será la habitual en los últimos meses. Sólo la presencia de César Sánchez en la portería en detrimento de Iker Casillas rompe la monotonía en el once. César ha disputado toda la competición salvo la eliminatoria ante el Eibar, por la lesión que sufrió en el dramático encuentro en Leganés donde el Madrid pasó tras la prórroga.

Así, Raúl Bravo y Helguera jugarán en el centro de la defensa con Michel Salgado y Roberto Carlos en los laterales; David Beckham y Guti formarán en el medio centro, Solari por la izquierda, Zidane de media punta, Figo por la derecha y en punta Raúl.

Si hay un título que hace especial ilusión en el vestuario madridista es la Copa del Rey. Once son muchos años sin llevarse el título a la boca. Jugadores como Raúl, Iker Casillas, Roberto Carlos, Iván Helguera o Zinedine Zidane desean por encima de todo ganar el trofeo. Mención especial para el argentino Santiago Hernán Solari, que perdió dos finales con el Atlético de Madrid y otra con el Real Madrid en 2002 contra el Deportivo de la Coruña. También será el partido muy especial para Florentino Pérez, presidente. Desde el palco del Bernabéu vivió el denominado «Centenariazo», cuando fueron derrotados 1-2. Por eso el máximo dirigente blanco la tiene entre ceja y ceja. 20.000 seguidores viajarán desde Madrid apoyando al equipo a los que se sumarán los de peñas madridistas de Barcelona. El equipo viajará en avión a partir de las siete de la tarde y no se entrenará en el estadio olímpico antes del encuentro. Queiroz ha convocado a toda la plantilla incluidos los lesionados. El Zaragoza se ampara en la condición de víctima, que medios de comunicación y aficionados parecen otorgarle para la final de la Copa, para intentar sorprender al conjunto «merengue» y alzar su sexto trofeo de este torneo. El ejemplo al que se aferran los jugadores del conjunto aragonés está todavía fresco en la memoria, la Copa del año 2001 en la que el Zaragoza igualmente partía con el cartel de perdedor, pues venía de mantenerse a duras penas, mientras que su rival, el Celta había realizado una excelente temporada. Este se puede decir que es el libro de cabecera del equipo de Víctor, que es consciente de su teórica inferioridad pero que sabe que tiene la ventaja de no ir de favorito ni la presión que eso conlleva. «Disfrutar», junto a «concentración», son las palabras repetidas por los zaragocistas antes de una final que al equipo aragonés le llega en su mejor momento.