Al apagarse los semáforos no solo superó el británico Jenson
Button (BAR-Honda), que había logrado el quinto mejor tiempo en la
sesión de clasificación, sino que también hizo lo propio con el
colombiano Juan Pablo Montoya (Williams BMW), que partía delante
suyo.
Montoya intentó cerrar a Alonso y el asturiano no cejó en su
empeño y no dudó en salirse a la hierba del lado izquierdo de la
pista para superarlo y así completó la maniobra.
Al llegar a la primera curva Montoya retrasó al máximo su
frenada, pero como iba por el lado «sucio» de la pista se salió y
tuvo que trazarla por la hierba de la parte exterior. Alonso
recuperaba su línea de trazada y obligaba a frenar bruscamente a su
compañero de equipo, el italiano Jarno Trulli, que también había
salido como un misil desde el noveno puesto, y a Button.
Una vez superado este tramo de pista Alonso ya no tuvo, ni pudo
competir con nadie, porque los Ferrari eran inalcanzables y sus
seguidores tampoco podían seguir su ritmo, con lo que salvo error o
rotura mecánica, su quinta subida al podio estaba asegurada. A
pesar de todo el asturiano logró que los Ferrari no se le fueran
mucho en el primer relevo, antes de parar a repostar y cambiar
neumáticos en la vuelta undécima de las 58 de que constaba la
carrera, pero después, aunque estaba en tierra de nadie, a medio
segundo de los Ferrari y a medio segundo de sus seguidores, primero
Button y luego Ralf Schumacher, siguió tirando hasta la tercera y
última parada, para luego ya conservar la mecánica en las últimas
dieciocho.
Autores de los dos mejores tiempos en la sesión de
clasificación, Michael Schumacher y Rubens Barrichello se pasearon
por el circuito de Albert Park y han pulverizado todas las marcas,
a pesar del conservadurismo de todos los equipos en esta primera
carrera en la que el motor debía durar los tres días de la
prueba.
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