La reaparición de Raúl es la mejor noticia para Vicente del
Bosque. El delantero madrileño, que tuvo que ser operado de
urgencia de una apendicitis aguda justo antes del viaje a
Manchester en la vuelta de los cuartos de final, se ha recuperado a
marchas forzadas, y su carácter se antoja un factor determinante en
un duelo de este calibre, en el que el resultado de la ida no es ni
mucho menos tranquilizador ante un oponente como el italiano.
Junto a Raúl, volverán al cuadro español otras dos de sus
grandes figuras, que no estuvieron en el encuentro liguero de
Huelva, como el francés Zinedine Zidane y el portugués Luis Figo,
pero el resto de novedades son negativas: el equipo ha perdido el
liderato de la Liga, Ronaldo viajó pero en una situación física
complicada y Makelele, el equilibrio y el trabajo infatigable en la
medular, es baja por una rotura fibrilar.
La presencia o no de Ronaldo tiene en vilo al madridismo en
estas horas previas. El brasileño evoluciona bien de la lesión en
el sóleo que sufrió en la ida y tiene ganas de jugar, pero su
participación es una de las grandes incógnitas. El «fenómeno» tiene
un estilo de juego determinante en este tipo de partidos. Su
velocidad, su fuerza y su pegada a la contra le hacen
desequilibrante, pero la ausencia de Makelele es tan o más
trascendente, porque el francés hace un trabajo impagable y hasta
poco reconocido en la contención. Varios de los componentes
importantes del equipo estuvieron en el Amsterdam Arena el 20 de
mayo de 1998 cuando el Real Madrid derrotó al Juventus en la final
de la Liga de Campeones (1-0) y acabó con 32 años de sequía. El
espíritu de trabajo, incluso de sufrimiento, y a la postre de éxito
es con el que la expedición ha viajado a Turín.
Pero también lo hace con el de Old Trafford, donde Del Bosque
apostó por tres centrales, como podría hacer en Delle Alpi, y donde
se encaminó la «Octava» rubricada, con el mismo esquema, en la
final de Saint Denis ante el Valencia y que tuvo un nuevo capítulo
incluso en la ida de las semifinales de la pasada edición en el
Camp Nou.
El técnico madridista, sin la contención de Makelele y si
finalmente no se arriesga con Ronaldo, podría quererse proteger de
los peligros que puede causar el tridente Nedved-Del
Piero-Trezeguet, dotado de movilidad y pegada, en una presumible
ofensiva de un Juventus al que le basta con el 1-0 para ganar.
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