El marchador ibicenco del Club Atletisme Pitiús (CAP) Mario
Avellaneda está más cerca que nunca de lograr el que viene siendo
su objetivo cada temporada desde 1998. La medalla de bronce lograda
ayer en el Campeonato de España de Marcha, por detrás tan sólo de
Mikel Odriozola y de Jesús Àngel García Bragado, coloca al ibicenco
en una posición inmejorable para ser el tercer hombre que integrará
la selección nacional de 50 kilómetros en los mundiales de
París.
La retirada de Valentín Massana ha facilitado el acceso de
Avellaneda a esa plaza (Odriozola y Bragado están ya clasificados),
aunque el marchador del Pitiús también ha tenido algo que ver. Ha
sido extremadamente regular, ya que ha conseguido el bronce en el
nacional tres años y además ayer logró rebajar su mejor registro de
3h49'50'', dejándolo en 3h49'35''.
Para lograr ese tiempo, Avellaneda planteó una carrera algo más
conservadora de lo habitual. En vez de marcar un ritmo fuerte y
fijo desde el principio salió algo más lento en los primeros
kilómetros. Con la compañía del especialista en 20 kilómetros y
compañero de entrenamientos, David Márquez, Avellaneda empezó a
marcar el ritmo deseado (4'35'' por kilómetro) a partir del
kilómetro 3.
Márquez estuvo al lado del ibicenco hasta el kilómetro 26 y a
partir de entonces tuvo que se el atleta del Pitiús en solitario el
que llevase el peso de su carrera. Por delante, Jesús Àngel García
Bragado y Mikel Odriozola iban a un ritmo superior, a pesar de que
en los primeros kilómetros llegaron a estar junto al ibicenco.
Odriozola abandonó a Bragado bastante pronto y se marchó a buscar
su registro. El vasco se adjudicó la medalla de oro, revalidó su
título y rebajó su plusmarca personal dejándola en 3h42'03''.
Por su parte, Bragado llegó a la meta en segundo lugar con un
crono de 3h46'03'', justo a cuatro minutos de Odriozola que se
mostró intratable.
En la segunda parte de la carrera, cuando Avellaneda ya se
encontraba solo, incrementó el ritmo hasta conseguir el paso por
kilómetro adecuado para bajar de 3h49', como era su intención. Sin
embargo, las últimas tres vueltas al circuito de Orense, situado
bajo los puentes que cruzan el río Miño a su paso por la ciudad
gallega, se le hicieron cuesta arriba al marchador ibicenco, que
tuvo que aflojar y conformarse con un crono mayor al deseado,
aunque rebajando su propia marca.
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