El ex directivo Ramón Fusté presentó ayer en las oficinas del FC Barcelona una propuesta de voto de censura contra el presidente de la entidad, Joan Gaspart, y toda su junta, a consecuencia del «gravísimo» estado en que se encuentra el club, según ha argumentado el impulsor del voto de censura. Después de presentar la propuesta en las oficinas, la entidad tiene cinco días para entregar unas nueve mil papeletas en las que el grupo de socios que promueven la moción de censura deberán recoger la fotocopia del carné de identidad, el número de carné de socio y la firma de las personas que den su apoyo.

Para llevar a cabo este cometido, el equipo que lidera Ramón Fusté tendrá catorce días hábiles, tras los cuales, si logra reunir las aproximadamente 4.500 firmas que son necesarias, la junta directiva deberá convocar elecciones.

Paralelamente a este proceso, el Barcelona tiene en su agenda una asamblea extraordinaria de compromisarios, cuya fecha de celebración deberá establecerse esta tarde en la junta directiva. El propósito que únicamente persigue ésta es que Gaspart se someta a la decisión de los socios, para continuar en el cargo o cesar en sus funciones, a pesar de que aún tiene dos años y medio más de mandato. Fusté no ha aclarado si su equipo mantiene la intención de reunir a una buena parte de los compromisarios para ofrecer otra versión del estado de la cuestión de la entidad, mientras que ha subrayado que todas sus fuerzas las dirigirá para que cristalice el voto de censura.

Donde sí que los impulsores de la moción tendrán más obstáculos será el día de la votación, pues será entonces cuando deberán reunir dos tercios de los votos el día en el que el Barcelona vuelta a las urnas, aproximadamente dentro de dos meses. «La actual situación del Barcelona es de una gravedad extraordinaria. El descontrol en la gestión de la entidad nos ha conducido al abismo. El club necesita un cambio de rumbo rápido, sereno y enérgico», señaló Fusté en la presentación de la nueva moción de censura que sufrirá el Barcelona, después de que no prosperase a principios de año la que impulsó Iván Carrillo.

Fusté se quiso desmarcar de la relación que inevitablemente se establece entre este proceso y la presidencia a la cual aspira, aunque sí que matizó que él nunca «oficialmente» ha dicho que desee presentarse en las elecciones a la presidencia. «El problema no consiste en saber quién será el próximo presidente, sino que deje de serlo quien ahora está al frente de este deshecho: Joan Gaspart», señaló. «Queremos poner freno a tanta incompetencia. Deseamos recuperar la autoestima social», añadió Fusté, quien abrió un sitio en internet para promover la recogida de firmas, cuyo lema es el siguiente: «Es el moment».

Fusté ha pedido la colaboración a Lluís Bassat, quien se midió en las urnas a Joan Gaspart, y no tanto por el poder que éste tiene como opositor, sino por lo que representó hace dos años y medio en las elecciones, ya que su tendencia arrastró miles de votos.