Un partido en el que no juegan Ronaldo, Roberto Carlos o Figo suele
ser un partido menor para el Madrid. Acostumbrado a posar para la
foto con una ristra de estrellas de primer nivel, el equipo de Del
Bosque no se acostumbra a sobrevivir con los suplentes, aquellos
que en la capital han denominado Los otros. El campeón de Europa
llega a Palma con una convocatoria cercenada por las rotaciones
impuestas por su técnico, pero con Zidane, Raúl y Solari. Claro que
para el Mallorca la cita tiene mucho que echarse a la boca, porque
el resultado de la ida (1-1) invita a soñar y porque la puerta de
las semifinales está abierta. La historia reclama al equipo de
Manzano, que de acceder a la siguiente fase tendrá Europa mucho más
cerca (Son Moix, 21.00 horas, PPV).
El Mallorca se ha granjeado un buen futuro en el torneo gracias
al gol de Nadal en Chamartín y ahora el camino está algo menos
empinado. El conjunto balear ha advertido que esta competición
puede tener premio, porque si elimina al Madrid el bombo puede
endulzar su tránsito hacia la final; Atlético de Madrid y Deportivo
se perfilan como rivales más duros. Gregorio Manzano va a recuperar
a Lozano, y eso es una buena noticia, pero va a perder a Poli en el
flanco izquierdo, algo que devolverá a Miquel Soler al lateral.
Así, y teniendo en cuenta que Nadal y Campano se caen de la lista
por lesión, el técnico de Bailén apostará por el mismo equipo que
jugó en Málaga con la única variante del carril izquierdo. El
conjunto isleño no gana en Son Moix desde el mes de noviembre, ni
en Liga ni en Copa, por lo que Manzano se ha apresurado en reclamar
la atención de la hinchada en un encuentro que está marcado en rojo
por el club.
El partido, con todo, tiene un enfoque muy distinto para el Real
Madrid, que cuenta con otras prioridades. Vicente Del Bosque
aseguró la pasada semana que se había comprometido con los
suplentes para afrontar la Copa y sigue agarrado a sus argumentos.
Así, el preparador de Salamanca ha viajado sin Salgado, Ronaldo,
Casillas, Roberto Carlos, Flavio o Guti, en un claro tratado de
intenciones. El equipo blanco va a intentar el ingreso en
semifinales con lo justo, con el mínimo esfuerzo, sin más. Si no lo
consigue, se centrará en la Liga y en la Champions.
De todas formas, nadie se cree que el Madrid vaya a entregar la
eliminatoria, porque sobre la arena estarán futbolistas como Raúl,
Helguera, Zidane o Portillo, el apellido del gol. Manzano teme que
el empate logrado en la ida y la sensación de que la Copa no va con
el conjunto madrileño, relaje a sus hombres hasta el punto de
creerse en semifinales.
El de Son Moix es un encuentro sin retorno, sin vuelta atrás,
sin margen para el error, porque no habrá otra entrega de cuartos
de final. El Madrid necesita marcar en Ciutat para pasar ronda,
necesita arremangarse, pero el Mallorca «no arriesgará a jugar al
0-0», tal y como advirtió ayer Manzano. Los rojillos buscan
dinamitar la Copa ante el mejor rival posible, un equipo minado de
suplentes pero con un potencial temible.
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