EFE-LEVERKUSEN (ALEMANIA)
Louis van Gaal rectificó a tiempo y, después del inicial planteamiento conservador, puso toda la carne en el asador en el segundo tiempo y dio entrada a sus pesos pesados (Riquelme, Saviola y Overmars), que resultaron determinantes en la victoria conseguida a domicilio en Leverkusen (1-2). En una convincente demostración ofrecida en los últimos 45 minutos, el Barcelona experimentó una extraordinaria metamorfosis y dio la vuelta al marcador con sendos goles de Saviola y Overmars, éste último en el minuto 88. Incluso los azulgranas fallaron un penalti por medio de Riquelme.
Y es que el holandés, en una muestra más de su peculiar manera de entender el fútbol, dejó en la reserva el talento de Riquelme y el desequilibrio que ofrecen jugadores como Saviola o Overmars, aunque afortunadamente para los azulgrana, el técnico se dio cuenta a tiempo de su error. Si a todo ello se le suma que puso en la dirección del juego al tosco Fabio Rochemback y al luchador Gabri García y que adelantó a Xavi Hernández como media punta, se puede entender el descontrol que reinó en el juego del Barcelona durante la primera parte del encuentro.
La suerte para el Barcelona es que el Bayer Leverkusen no está para tirar cohetes. Huérfano de la calidad que ofrecían en el pasado Michael Ballack y Zé Roberto, el equipo de Klaus Topmoeller se agarró al pequeño Yildiray Basturk. Salvó un susto inicial en el minuto 2, cuando el árbitro griego anuló por fuera de juego un gol a los alemanes, el Barcelona no pasó apenas apuros en el primer tiempo. Cedió absolutamente la iniciativa al rival y esperó, sin mucho sentido, a que los Topmoeller se desgastaran.
Los azulgrana estaban ahogados en su propio sistema. No tenían alternativas y sólo llegaban ante Butt en acciones aisladas, siempre a balón parado. Así, en un lanzamiento de esquina, Fernando Navarro vio cómo Basturk sacó el balón sobre la misma línea de gol. Pero eso fue un espejismo, porque la apatía se apoderó del juego de los catalanes. Sin ninguna presión, los de Van Gaal fueron víctimas de su conformismo y acabó pasando lo que se intuía, que en una jugada aislada, el Bayer marcó.
Fue en un córner lanzado por Babic rematado por el búlgaro Berbatov a seis minutos del descanso. En sólo dos minutos, el binomio argentino deshizo el entuerto. Saviola robó un balón a Placente, sirvió a Riquelme. El ex de Boca asistió al ex de River y Saviola empató en el minuto 48 después de un remate cercano. Saviola tuvo protagonismo en la siguiente acción de peligro. El «Conejo» sirvió un buen balón a Kluivert y Placente derribó al holandés dentro del área.
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