EFE-GRANADA
La selección española ha quedado concentrada en Granada, donde se enfrentará el miércoles en partido amistoso a Bulgaria, con un fondo inevitable y recurrente como el del Barcelona-Real Madrid del próximo fin de semana. España cierra el ejercicio 2002 con un choque que servirá para seguir calibrando la renovación iniciada desde la llegada al banquillo de Sáez, ante otro oponente que también ha cambiado de caras y que igualmente lidera su grupo de clasificación para la próxima Eurocopa de Portugal 2004.

Pero lo hace en una semana complicada para que las miradas se centren nada más en la ciudad de La Alhambra, porque a la vuelta de la esquina está el ´clásico´ por excelencia del fútbol español entre dos equipos que aún no han cogido el ritmo a la Liga y cuya representación en la lista de la selección es importante. Iñaki Sáez asume este hecho con naturalidad. Su predecesor, José Antonio Camacho, prácticamente prohibía a sus pupilos hablar de sus clubes en las concentraciones. El técnico vasco respeta lo que haga cada uno porque confía en su profesionalidad.

Además sabe que es inevitable que los medios informativos dejen pasar la ocasión de preguntar sobre el duelo y que los jugadores de cada equipo no piensen en la cita del Camp Nou. Eso sí, insiste en la actitud y en que los futbolistas, en este periodo de renovación, deben saber que es importante que estén concentrados para no dejar pasar el tren de la internacionalidad. En el plano deportivo Joseba Etxeberría sustituye al bético Joaquín Sanchez, lesionado. Joaquín se desplazó hasta la ciudad de la Alhambra para ser examinado por el doctor Genaro Borrás, traumatólogo de la federación.