Triatlón

Bonet impone su brazada

El acuatleta cuajó su victoria en el agua de la bahía de Santa Eulària y llegó a meta a los 28'10''

Susana M. Campoy17/10/02 0:00

Javier Bonet, triatleta del Triajasa que está en la selección sub 23 española de triatlón, se adjudicó ayer la victoria en la primera cita propuesta este año con motivo de la celebración del Triatló de Ferro 2002 el próximo domingo: el Acuatlón de Santa Eulària 2002. Este aperitivo del Triatló de Ferro, pese a que tenía inscritos a más de 50 triatletas, finalmente sólo contó con la presencia de una veintena de deportistas. Bonet superó con superioridad a sus oponentes en una carrera en la que varios corredores quedaron descalificados al saltarse una boya en el tramo correspondiente a la prueba de natación. La segunda plaza fue para Noé Fernández y la tercera plaza fue para el ibicenco Santiago Torregrossa, del Tri Jasa.

Bonet realizó los 2'5 kilómetros de carrera a pie, el kilómetro de natación y los 2'5 kilómetros de carrera a pie en 28'10'', a dos minutos de distancia, casi una vuelta completa al circuito de atletismo, del segundo clasificado. La carrera comenzó con el duelo particular entre Bonet y Francisco Pontano que se destacaron en los primeros metros del resto de participantes. Tras pasar por la transición de natación, comenzó la aunténtica exhibiión de fuerza en la playa de Santa Eulària. El ibicenco aprovechó sus cualidades natatorias y tuvo una excelente actuación ante el público congregado en el paseo de S'Alamera. En el ecuador del tramo de natación Bonet aventajaba en más de un minuto a su inmediato perseguidor.

Pontano se despistó en el paso por la boya que encaminaba hacia la playa y continuó en línea recta, lo que motivó su descalificación y la de otros dos acuatletas que se despistaron igual que él. El grupo de competidores que a su vez les seguía rehizo el camino y, por tanto, pudieorn asegurarse su entrada en el control de tiempos. Bonet en la tercera parte de la carrera de ayer por la tarde, que contó con la meteorología como aliado, sólo tuvo que aguantar el ritmo de carrera que se había autoimpuesto para vencer con una amplísima venta a sus perseguidores.