Beloki (ONCE), segundo a 1:35, mantuvo el tipo mientras perdía
el rastro de Heras y padecía en solitario entre la niebla. Por
detrás los ilustres también sufrían lo que no está en los escritos
para salvar alguna opción de futuro, porque el presente se
esfumaba. Aitor González dejó pronto a su líder Óscar Sevilla, el
italiano Francesco Casagrande, tercero a 1:41, aparecía en la
persecución e Iban Mayo, en otra gran actuación, iba de menos a más
hasta lograr la cuarta plaza a 1:54.
El momento clave dejó un debate abierto. El director del Kelme,
Vicente Belda, no encontraba explicación al ataque de Aitor
González a 7 kilómetros de meta con Sevilla en apuros. Fue la
espoleta que lanzó a Heras y que tal vez, arruinó un proyecto que
pintaba muy bonito para el equipo alicantino cuando jugaba con dos
opciones claras de triunfo final. Beloki, en río revuelto, salió
ganando. Es cuarto en la general y con mucho que decir porque va a
más.
El tiempo invertido por Heras en cubrir los 176 kilómetros de la
decimoquinta etapa entre Gijón y el Alto del Angliru fue de
5:01:01. De la cima por excelencia de la Vuelta salió reforzado en
su candidatura con un golpe importante, que no definitivo. Aitor le
sigue el rastro a 35 segundos y Sevilla es tercero a 1:08.
En las primeras rampas del Angliru, Aitor Osa (Ibanesto.com)
probó suerte, pero por detrás funcionaba la maquinaria del Kelme,
con Tauler y Carlos García Quesada tensando la cuerda. Cuando a
estos se les acabó la energía, llegó el momento crucial del ataque
de Aitor. Quedaron al descubierto las debilidades de su líder y ahí
empezó la refriega en una jornada inolvidable. El resto del
escenario lo llenó Roberto Heras con su grandeza.
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