Efe - VARSOVIA
Un gol de penalti, obra de Gaizka Mendieta, sirvió para que el Barcelona saldase con victoria (0-1) su visita a Varsovia y confirmase su presencia en la Liga de Campeones tras imponerse al Legia por un global de 4-0 en una eliminatoria que sentenció en la ida. La obligación de marcar del Legia ofreció de inicio un partido más abierto que el del Camp Nou, pero la escasa convicción del conjunto polaco y la desorganización del barcelonista, atribuible al escaso tiempo de preparación del equipo a estas alturas de temporada, trabó rápidamente el encuentro.
Víctor Valdés se llevó un buen susto en esos primeros compases tras un error en una zona muy peligrosa de Frank de Boer y, superado el primer cuarto de hora, Puyol tuvo que abortar con dificultades un contragolpe polaco, con posterior saque de esquina que sacó bajo palos Luis Enrique.
Con el resultado inicial, pero con la renta del partido del Camp Nou, se llegó al descanso y, en la segunda mitad, el Barcelona se dedicó a tocar y tocar ante un rival cuya ambición mermaba con el paso de los minutos. Unos y otros durmieron el partido hasta que, en el minuto 68, llegó el penalti como consecuencia de una internada de Kluivert, quien fue entrado en falta por Zielinski.
Mendieta se encargó de transformar la pena máxima que sentenciaba más la eliminatoria e, inmediatamente, se detuvo el partido por los problemas de visión a causa de la humareda provocada por las bengalas de los aficionados. Con la excepción de un tiro lejano de Geovanni que despejó Stanev, el Barcelona hizo poco más hasta el final que dosificar el desgaste, con la eliminatoria sentenciada, a la espera del sorteo, donde conocerá a sus rivales en la Champions.
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