Efe - ESTAMBUL
El Barca se juega en el estadio Ali Sami Yen de Estambul su pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones con el Galatasaray, en un partido en el que casi nada juega a favor de los intereses del conjunto catalán. Sólo el empate en el inicio del marcador será el mejor aliado del Barca, pues este resultado le abrirá las puertas de la siguiente ronda, aunque quedará a expensas de lo que acontezca en el mismo momento en Inglaterra, donde el Liverpool y el Roma mantendrá el otro pulso. Los cuatro equipos parten con casi las mismas posibilidades. La victoria clasifica al que la obtenga, la derrota condena al que la padezca y con el empate, las combinaciones entrarán en acción.

El conjunto catalán accede al partido contra el Galatasary con dos importantes bajas (Rivaldo, por lesión, y Cocu, por sanción) y con un notable déficit en el ánimo, después de evidenciar una vez más que está atravesando por un bajón de juego que arrastra desde hace unos meses. El momento del Barça es desesperante y las circunstancias en las que vive su rival no invitan a la euforia. El Galatasary es el equipo-empate en Europa. Sus anteriores cinco partidos los ha resuelto con dicho resultado. Además, su estadio, el Ali Sami Yen se ha destacado en un fortín esta temporada. En los últimos treinta partidos que ha jugado en su campo, el Galatasaray sólo ha perdido dos y desde mayo del año pasado se mantiene invicto en su feudo.

La tarjeta de presentación del Galatasary es intimidadora para un Barça que no sólo no ha sabido encontrar su mejor juego en el Camp Nou, sino que lejos de él los tropiezos y el mal juego se acumulan al paso de los partidos. Fuera de la convocatoria Rivaldo y Cocu, a Carles Rexach no le quedará otro remedio que configurar otro equipo y otro dibujo táctico para una sola pretensión: pasar a cuartos. Xavi volverá a conducir al Barça, igual que lo hiciese contra el Real Madrid. La ausencia de Cocu propiciará la reaparición de Motta, mientras que el anárquico Luis Enrique tendrá más motivo para ejercer esta función en la media punta ante la baja de Rivaldo.