Carlos de Torres - CUENCA
El italiano Filippo Simeoni, del equipo Cantina Tollo, tuvo tiempo para bajarse de la bicicleta a dos metros de la meta, levantar la bicicleta por encima de su cabeza y entrar como vencedor de la decimoctava etapa, por delante del grupo de corredores con el que compartió la escapada de la jornada hasta diez kilómetros del final, donde se produjo su despegue definitivo. Simeoni estrenó un nuevo estilo de entrar en meta. Hasta hoy, los corredores que llegaban en solitario se ajustaban el maillot, se acicalaban para la foto y luego levantaban los brazos en señal de victoria, pero encima de la bicicleta. El italiano elevó la bici y entró andando ante la sorpresa general. El tiempo que marcó fue de 3h.07.29, con 28 segundos sobre el belga Geert Verheyen, de Rabobank, quien dio tiempo a 4 corredores y un minuto sobre el grupo principal.

El corredor del Cantina logró su primera victoria en la Vuelta a los 30 años, en la que fue farolillo rojo en 1995. Fue el más hábil entre un grupo de una docena de corredores que marcharon escapados desde el kilómetro 68. Allí estaban entre otros el alemán Erik Zabel y los españoles Rafa Díaz Justo (ONCE), Haimar Zubeldia (Euskaltel) y Santiago Blanco (iBanesto.com). Blanco cayó cuando iba escapado en el descenso del Alto del Castillo, a 12 kilómetros de meta. En ese momento saltó Simoni para abrir un pequeño hueco que le bastó para representar su «gesto por la paz» en la misma raya de llegada. Arriesgó a tope en un recorrido donde se valoraba más la valentía que la técnica y obtuvo su premio.

«El ciclismo representa para mí una relación de amor y odio y necesitaba tener un gesto de desahogo. Este deporte te hace sufrir, pero tiene valores importantes y te forja el carácter. Soy un pensador del ciclismo y del deporte. Basta de guerras, se puede luchar por cosas en la vida, pero deportivamente», explicó el «filósofo» del pelotón.

La filosofía de la etapa fue otra para los favoritos. Un día más que tacharon en el calendario los inquilinos del podio, Óscar Sevilla, Àngel Casero y Roberto Heras, metidos en la antesala de las etapas más esperadas, Abantos y Madrid. El pelotón exigió un ritmo que incomodó a muchos hasta el punto de que hubo más de alguna bronca entre los corredores. Se rodó a 49'348 por hora y la Vuelta lleva camino de superar el récord de 1997. La peor parte de la jornada se la llevó Santi Blanco. El ganador en Pal se cayó dos veces, la primera cuando buscaba la aventura en solitario.

Tauler queda cortado y llega a seis minutos
Toni Tauler no tuvo su día en la jornada de ayer. El ciclista de Santa Margalida no pudo con la fuerza del viento que reinó en la jornada de ayer en Cuenca y se quedó en uno de los numerosos cortes que se produjeron en la etapa. El corredor mallorquín entró dentro de un numeroso grupo de ciclistas que se quedaron y acabó en la posición 107 de la etapa a 6 minutos y 5 segundos. Así, el de Santa Margalida se queda en la 65ª posición de la clasificación general a 1 hora 17 minutos y 43 segundos, por lo que ha perdido unas cuentas posición en la clasificación general. Tauler acusó, como tantos otros, la fuerza del viento en la etapa.