A partir de ese momento Casero inició una cronoescalada
demostrando sus progresos en montaña. Su progresión hasta la meta
fue espectacular, pero en la cima sólo pudo aventajar en 16
segundos al maillot oro, renta más sintomática que decisiva.
Sevilla pasó las de Caín en su terreno.
Mientras los hombres fuertes de la carrera se peleaban en las
rampas del selectivo Alto de Aitana en medio de un ambiente de
público digno del Tour de Francia, por delante, un danés que está a
punto de cumplir 33 años llamado Klaus Moller, del Maia portugués y
que estuvo durante tres años en España a las órdenes de Maximino
Pérez, mantenía a raya a un grupo de perseguidores con los
españoles Roberto Heras (US Postal) y Carlos Sastre (ONCE) y el
italiano Gilberto (Simoni). Estos llegaron a 15 segundos del
vencedor, quien invirtió un tiempo de 5h.44.16.
La general se apretó aún más en los puestos de podio a la espera
de lo que suceda en la etapa de Abantos, ya en Madrid y en la
contrarreloj final de la capital. Aitana no fue definitivo, pero
Casero salió con la moral y la confianza reforzada.
La etapa tuvo sus héroes antes del final en Aitana. El español
Pedro Díaz Lobato, del Jazztel, asumió en solitario la primera
escapada seria del día desde el banderazo de salida hasta el
kilómetro 95. Juan Antonio Flecha (Relax) y el luxemburgués Benoit
Joachim (US Postal) tomaron el relevo hasta los primeros pasos del
último puerto de la jornada, cuando empezaron las hostilidades
entre los elegidos para la gloria.
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