77 UNICAJA: (18+27+14+18): Cabezas (5), Berni (8), Mrsic (6), Abrams (17) y Petruska (2) "quinteto inicial"; Sonko (5), Vázquez (3), Phillip (10), Jaumin (8) y Weis (13).
47 HEMOFARM: (16+11+11+9):Vidavic (11), Pekovic (11), Zecevic (10), Djogo (7) y Vucinic (3) "quinteto inicial"; Povovic (-), Stefanovic (-), Savic (3), Ivanovic (2) y Ciric (-).
ARBITROS: Zancanella (Italia) y Biton (Israel). Expulsado por cinco faltas Vidacic (min.38).
PABELLÓN: Palacio de los Deportes Martín Carpena. Lleno.

EUROPA PRESS-MÀLAGA
El Unicaja tiene treinta razones para soñar con la Copa Korac, tantas como puntos se lleva de renta para el encuentro de vuelta de la gran final. El equipo de Maljkovic rindió tributó al baloncesto moderno y utilizó ante los yugoslavos sus dos mejores armas: defensa y velocidad. El francés Weis fue el hombre del partido. Sus centímetros fueron una barrera insuperable para el Hemofarm, que vivió en Málaga un auténtica pesadilla. Por su parte, el alero ibicenco Paco Vázquez tuvo una discreta actuación, ya que anotó tres puntos, aunque bien es cierto que no entró en el cinco inicial del conjunto malaqueño. El Hemofarm demostró en los primeros diez minutos porque ha llegado hasta la última ronda de la Korac El Unicaja andaba desafinado en ataque y muy distraido en defensa. Sin embargo, la intensidad defensiva y los contragolpes locales dinamitaron el partido. Al descanso, los malagueños estaban más cerca de la gloria (45-27). En el último cuarto, los cajistas tocaron el sueño europeo (70-40) pero no estaban dispuestos a dejar escapar ningún solo punto de la renta cosechada.