Korzeniowski, de 32 años, logró su segunda corona olímpica de la
marcha larga y enterró definitivamente el recuerdo de su
descalificación, ya dentro del estadio Olímpico de Barcelona,
cuando estaba a punto de lograr la medalla de plata en los Juegos
de 1992.
Korzeniowski confirmó que su ambición no admite límites. Sólo
seis días después de ganar los 20 kilómetros, puso la máquina de
caminar a pleno rendimiento y dejó atrás a Joel Sánchez al
cumplirse la tercera hora de caminata. El mexicano, perdida la
ilusión del triunfo, se abandonó al cansancio y fue superado por
Fadejevs.
Cien mil personas saludaron la entrada de Korzeniowski en el
estadio y aplaudieron su victoria en 3h:42:22, con más de un minuto
de ventaja sobre Fadejevs (3:43.40) y dos sobre Joel Sánchez, que
en compañía de Korzeniowski había cobrado ventaja suficiente para
hacer frente a la reacción final del español Valentín Massana,
bronce en Atlanta'96 y cuarto en Sydney.
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