EFE - SYDNEY
La generación dorada del fútbol español, la única que tiene un título mundial, buscará su consagración, el próximo sábado a las 12.00 horas (01.00 gmt), con una victoria ante Camerún que le dé el título olímpico, el segundo oro de la historia de fútbol nacional.

El «equipo silencioso», aquel que llegó sin ruido a Australia, que apenas entraba en los pronósticos, puede convertir a algunos jugadores en los más laureados del fútbol español. Cuatro de estos, los barcelonistas Xavi Hernández y Gabri García, el meta del Athletic Daniel Aranzubía y el defensa del Benfica Carlos Marchena, ya son campeones del mundo sub´20, otro tiene un título continental sub 21, Miguel Angel Angulo, y todos fueron terceros en el último Europeo. España llega a la final sin lesionados y en un buen momento de forma.

Pero Camerún no es el mejor rival ante el que jugar una final. Probablemente, sea en este momento el peor, porque suma una imponente fortaleza física y un estado anímico reforzado por las angustiosas victorias frente a Brasil y Chile. Los «leones indomables» han hecho bueno el tópico de que un encuentro no acaba hasta que pita el árbitro. Acabaron con Brasil gracias a un gol de oro y remontaron un gol en contra de Chile en los últimos cinco minutos. Es un conjunto osado, capaz de poner en la meta a un portero de 16 años, o al menos así figura en la ficha que han entregado a la FIFA, Idriss Carlos Kameni, pero también tiene calidad y gol, como el que aportan el ex mallorquinista Lauren Mayer y el delantero del Parma Patrick Mboma.