EFE - SYDNEY
María Vasco, barcelonesa de 24 años afincada en Viladecans, se aseguró ayer un puesto en la historia del atletismo español al convertirse en la primera mujer española que consigue una medalla olímpica en atletismo. Desde que Carmen Valero participó en los Juegos de Montreal'76, la historia del atletismo olímpico español no había logrado pasar del quinto puesto de la asturiana Rocío Ríos en el maratón de Atlanta '96, el mejor resultado hasta la fecha. La alavesa Maite Zúñiga, primera española que accedió a una final olímpica (la de 800 en los Juegos de Seúl'88) alcanzó el sexto puesto en la final de 1.500 en Barcelona '92 y era éste el segundo mejor resultado.

La discípula de Manuel Alcalde había levantado grandes expectativas en categoría júnior desde que obtuvo el cuarto puesto en los Europeos de San Sebastián. Precisamente, la portuguesa Susana Feitor, que ganó aquel año en la capital donostiarra, se fundió hoy en un abrazo con la española tras cruzar la meta. Exceptuando su segundo puesto en los Europeos sub 23 de Finlandia en 1997, los éxitos de María Vasco no había rebasado, hasta la fecha, el ámbito español, donde había conseguido títulos y récords en los últimos años.

A los Juegos de Sydney llegó con la vigésima marca en una prueba que estrenaba rango olímpico. Ni su entrenador, Manuel Alcalde, ni el responsable español de marcha, José Marín, ni ella misma esperaban nada semejante a la medalla de bronce. La barcelonesa siguió un ritmo parejo durante toda la prueba y la rueda de las descalificaciones la dejó, en el último kilómetro, en un tercer puesto que desbordaba todas sus previsiones.