JORGE MUÑOA
La presencia del pamplonés en la ronda por las medallas ya era todo un éxito si se tiene en cuenta la dureza de esta especialidad y los problemas físicos que arrastraba. A pesar de tener afectado el menisco y los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda, tumbó consecutivamente al marroquí Younes Sekkat, al húngaro Joseph Salim y al griego Michali Mourotsos. El combatiente heleno es el actual campeón de Europa. Esparza no pudo medirse con él en las pruebas continentales por culpa, precisamente, de las dolencias que sufre en los ligamentos. En Sydney, sin embargo, le tuvo cara a cara y al final no pudo derrotarle.

La clasificación directa para los cuartos favoreció al español, exento por sorteo de la ronda de octavos. El navarro, de 27 años, superó fácilmente al marroquí Younes Sekkat en su primer combate. Ganó por 3-1 sin excesivos esfuerzos pese a que el magrebí era un oponente fuerte, pero su estrategia le puso en manos de Esparza. El luchador español peleó con mucha frialdad y resolvió el combate sin ningún problema. Sabía perfectamente la manera de derrotar a Sekkat y la ejecutó milimétricamente. Controló todo lo que sucedió sobre el tatami y asestó los golpes que buscaba en cada momento.

El pupilo de Ireno Fargas se mostró rápido y muy seguro de sí mismo ante Sekkat, que cayó en las trampas del español. Esparza no malgastó fuerzas, simplemente hizo lo que tenía que hacer, conectó tres patadas claras -una por asalto- y pasó de ronda con una gran efectividad.