EUROPA PRESS-SYDNEY
La española Joane Somarriba no vio gratificado con el premio de una medalla su fantástica carrera en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Sydney, en la que fue la gran protagonista.

Ganadora este año del Giro y del Tour, la española dejó ver desde el principio que estaba dispuesta a aprovechar el estado de gracia por el que atraviesa y a rematar su gran temporada con un broche de oro como el título olímpico. Atenta a todos los ataques, Somarriba estuvo presente en todos los cortes que se produjeron a los largos de los 119'7 kilómetros que completaban las siete vueltas al nada exigente circuito de Sydney y tan sólo el excesivo control de sus rivales la impidió alcanzar el sueño de la medalla.

Consciente de que sus opciones pasaban por romper la carrera para llegar en solitario, o en su defecto en un reducido grupo, a la meta la vizcaína hizo una auténtica exhibición de fuerza. Con la francesa Jeannie Longo, campeona en Atlanta, dando sus últimos coletazos a sus 40 años Somarriba confirmó que está llamada a ser la gran heredera de la gala en el ciclismo internacional.

Las lluvia y el frío se convirtieron en protagonistas y complicaron mucho el desarrollo de la prueba, causando numerosas caídas. Aún así, las grandes favoritas no se amedrentaron y tomaron los mandos de la prueba a partir del segundo giro, en donde Somarriba ya se dejó ver al saltar a la rueda de la cubana Pérez que buscaba la fuga.