No se ha empezado con buen pie. El equipo español de vela arrancó con dudas y acumulando unos resultados poco convincentes y que no invitan precisamente al optimismo.

En la clase tornado, Fernando León y el pollencí Pepote Ballester acabaron en la séptima plaza en la manga inicial, situándose a más de dos minutos del dúo ganador formado por la pareja australiana Bundock"Forbes. En la segunda manga las cosas no mejoraron, ya que finalizaron la prueba en el noveno puesto. Pero ayer todo estaba en contra de los españoles. No sólo pincharon León y Ballester, sino que en la clase Solin el barco patroneado por Noluco Coreste quedó en decimoquinto lugar.

Fernando León fue muy claro cuando los periodistas requirieron su presencia a la conclusión de las dos mangas. «Hay días que parece que el barco no quiere andar, y hoy ha sido uno de esos días».

A la hora de buscar los motivos por los cuales se funcionó tan mal, León dijo no tener una clara explicación. «No puedo entender qué es lo que ha pasado. En teoría todo estaba bien y, sin embargo, y especialmente en las empopadas, veíamos cómo los que iban delante se alejaban y los que se encontraban detrás de nosotros se acercaban cada vez más». León y el mallorquín Pepote Ballester regresaron de la bahía con cara de decepción y de circunstancias. «Lo peor de todo es que no le podemos encontrar una explicación lógica a lo que ha pasado, no se me ocurre un motivo técnico o de otra índole», manifestó Fernando ante los periodistas españoles.

Pese a todo, la pareja evita caer en la desesperación y el pesimismo. «Queda todavía mucha competición y seguro que vamos a remontar y estar en los lugares de cabeza. Desde luego, yo no pienso en tirar la toalla y Pepote tampoco, por lo que vamos a seguir luchando al máximo», señaló León.