A sus 32 años y con 13 militando en la máxima categoría del
baloncesto español, Qique Andreu se encuentra sin equipo. Ahora
descansa en Formentera, lugar al que viene «desde hace seis o siete
años» y en el que dice pasar bastante desapercibido pese a sus 2'07
metros de altura. «Disfruto del mar, que me encanta, estoy con mi
familia y, sobre todo, estoy muy tranquilo», aclara.
Andreu es un histórico del baloncesto español y ha jugado en el
desaparecido CAI de Zaragoza, en el Barça y en el Joventut de
Badalona. En su paso por esos equipos ha logrado ganar tres ligas y
una Copa del Rey con el Barcelona y una Copa más con el CAI. Ha
sido internacional en numerosas ocasiones, pero al finalizar la
temporada 1999-2000 con el Juventut se quedó sin equipo y todavía
no sabe que pasará en la 2000-2001. «No tengo ni idea de donde
jugaré, pero estoy tranquilo, porque sino sale un equipo ya lo
tengo todo más o menos encarrilado para la retirada -y añade
sonriendo- forzosamente, porque me gustaría jugar dos o tres años
más», afirma.
Juanan Morales, Esteller y Cargol son jugadores que como Andreu
aún no tienen cabida en la ACB. «Se está fichando a muchísimo
comunitario; se nacionalizan muchos extranjeros y, por tanto, la
competencia es mayor. La política de fichar fuera no siempre está
justificada -continúa-, ya que muchas veces viene jugadores cuya
contratación es tirar el dinero», asegura. Andreu descarta jugar en
al LEB o en ligas foráneas de segundo orden y ante la retirada
forzosa asume: «Me podré dedicar a mis negocios, a estar con la
familia y a hacer lo que el baloncesto de alta competición no te
permite», explica.
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