JENARO LORENTE (LIMOGES)
El francés Christophe Agnolutto del equipo AG2R llevó a buen puerto una escapada en solitario gestada en el kilómetro 77 de carrera y se hizo con la séptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Tours y Limoges, con 205'5 kilómetros de recorrido.

Agnolutto luchó como un jabato para hacerse con un triunfo que mereció y que permitió el pelotón, que desistió definitivamente del intento de absorber al escapado a unos 25 kilómetros de Limoges, cuando la lluvia, que apareció durante la etapa de forma intermitente, lo hizo de nuevo y provocó que los equipos no arriesgasen para evitar posibles caídas. La etapa no tuvo más historia que la victoria heroica del francés Agnolutto. El viento, que pegó de costado a los corredores, y la lluvia influyeron de forma decisiva en el hecho de que el pelotón y los equipos con velocistas en sus filas no luchasen por conseguir la victoria parcial y optasen por rodar de forma tranquila y sin arriesgar en exceso.

Si los conjuntos con especialistas en llegadas masivas se inclinaron por esa opción, con mayor motivo lo hicieron los que tienen en sus filas a los grandes aspirantes a los puestos de podio en París. La misión era dejar transcurrir la jornada sin sobresaltos y lo consiguieron. La circunstancia no resta, no obstante, méritos a Agnolutto. El francés se sacrificó e insistió con constancia en concluir con éxito su aventura. Superó momentos graves de crisis y supo sobreponerse al desgaste físico y psicológico que provoca una fuga en solitario, sin nadie que te de relevos. Solo ante el peligro, se empeñó en llegar a Limoges en triunfador y levantó los brazos al cielo de la ciudad de la porcelana en primera posición con toda justicia. En total, pedaleó en solitario 129 kilómetros y se llevo un triunfo a la antigua usanza, de los que mitifican el deporte del ciclismo.