EFE - BÉLGICA
Roger Lemerre y Dino Zoff, dos técnicos experimentados y que capitanean dos grandes plantillas, se verán las caras en la finalísima de mañana. El técnico de la selección francesa afirmó ayer que ha tenido la suerte de heredar «un equipo excepcional rodeado de una atmósfera excelente» que se formó con su amigo Aimé Jacquet como entrenador.

Lemerre, que fue ayudante de Jacquet durante Francia 98 y tomó las riendas de la selección tras el título mundial obtenido por el equipo tricolor, destacó que la calidad de la plantilla, tanto humana como deportiva, le ha permitido trabajar con mucha tranquilidad. «Yo estaba fascinado con el equipo que dirigía Jacquet y por ello decidí aceptar el cargo de seleccionador. Conocía muy bien a los jugadores y sentía que ellos creían en mí. Eso hizo las cosas mucho más fáciles», subrayó. Lemerre se considera afortunado por disponer «de una gran generación de jugadores consciente de que las expectativas que generan son altas y que siempre dan lo mejor de sí mismos para conseguir el objetivo de la victoria».

El seleccionador francés opina que, además, la plantilla de jugadores que dirige puede alcanzar el éxito no sólo en la presente edición de la Eurocopa, sino también en el próximo Mundial. «Este grupo tiene capacidad para mantener el mismo nivel hasta la Copa del Mundo del 2002», señaló el entrenador. Por otra parte, su colega en el banquillo rival, Dino Zoff, es el otro gran protagonista. Un hombre que posee muchos títulos y que mañana tiene la posibilidad de engrandecer más aún sus vitrinas. Está de suerte el entrenador, ya que puede disponer de todos sus efectivos. Zoff indicó ayer que el centrocampista Demetrio Albertini podrá estar a punto para el encuentro del domingo pese a los problemas en el tobillo derecho que le impidieron seguir en la semifinal y tuvo que ser sustituido. También estará el capitán Maldini, que tras perderse los cuartos de final por una lesión en un muslo, reapareció en la semifinal.