El jugador de tenis de mesa, José María Palés, inició ayer por la tarde el curso de tenis de mesa que acoge estos días el Poliesportiu Insular de Blancadona. Palés es un jugador que no puede pasar desapercibido ya que comenzó a los trece años a ganar títulos y no ha parado hasta hoy, en ya cumple los treinta y siete. la experiencia le avala como contrincante y como técnico.

Precisamente, ayer abordó unas clases prácticas con varios jóvenes ibicencos. «Este tipo de cursos son sencillos y simplemente para iniciar a la persona, sea niño o adulto, en el tenis de mesa. Por eso, se trabaja sobre todo los gestos, los efectos que dar a la bola con la pala y un modo de jugar para que aprendan los básico, luego todo es trabajar y horas de entrenamiento», aseguró el barcelonés. En cuanto a las cualidades de un buen jugador de tenis de mesa, Palés describió a una persona que trabaje y por supuesto con ciertas cualidades innatas, pero «sobre todo que ensaye y entrene, como mínimo cinco horas diarias». La preparación física, fundamental para la adquisición de reflejos; la potencia para afrontar las competiciones y mucha práctica diaria, son las condiciones que debe cumplir un deportista de esta modalidad deportiva.

Según la experiencia de este jugador, que también tiene una escuela de tenis de mesa en Barcelona, «todos los entran en contacto con el tenis de mesa pueden progresar dentro de su nivel, aunque a la elite sólo llegarán algunos, como pasa en todos los deportes». Cada grupo o categoría requiere unos sistemas de entrenamiento determinados. Los mayores son más lentos en asimilar los gestos cuando ya tienen unos hábitos contraídos, mientras que los más jóvenes son quienes más fácil lo tienen, según explica el técnico catalán.