Otra escenificación se dió en la final de la Eurocopa de 1984,
cuando a poco de iniciarse el segundo tiempo, Michel Platini lanzó
un tiro libre al centro de la portería de Luis María Arkonada, que
el portero no pudo blocar, y el balón se le deslizó por debajo del
cuerpo. Era el primer tanto de Francia, que acabaría ganando el
partido por 2-0. La siguiente escenificación tuvo como protagonista
a un delantero del Sporting de Gijón llamado Eloy que en los
cuartos de final del Mundial de 1986, contra Bélgica, fue el único
en fallar su intento en los lanzamientos de penalti. España marcó
cuatro, pero el cuadro belga anotó sus cinco. En el Mundial de
1994, le tocó el turno a Julio Salinas. En otro partido de cuartos
de final, contra Italia, el delantero, que jugaba entonces en el
Barcelona, se quedó solo ante el portero azzurro y no pudo
resolver. En la siguiente acción, muy parecida a la del fallo del
atacante vasco, Roberto Baggio no perdonó y marcó el 2-1 definitivo
para Italia. El último eslabón en esta cadena de errores tuvo su
exponente en Zubizarreta, que metió en su portería un centro desde
la izquierda del nigeriano Lawal, que ayudó a los africanos a ganar
el partido por 3-2 y puso a España camino de la eliminación.
La próxima cita puede ser el Mundial de Corea del Sur y Japón,
si España se clasifica. Los bookmakers británicos tal vez incluyan
en sus apuestas el acierto del nombre del próximo inquilino del
museo de los errores del fútbol español.
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