MARCO TORRES
El Eivissa logró ayer la despedida que deseaba de cara a la afición y se impuso al Playas de Calvià (3-2). El partido empezó con dominio local, pero en una jugada aislada uno de los delanteros rivales sufrió un agarrón que el árbitro sancionó con penalti.
No tardó mucho en reaccionar el conjunto bermellón, que enseguida empezó a presionar y encerró al Playas en su área. La presión dio sus frutos con otra jugada en la que el colegiado volvió a ver una acción sancionable con la pena máxima.
Con el 1-1 en el marcador volvía a ser la misma del principio y el Eivissa mantenía un dominio parcial. Sin embargo, en el minuto 44 Pardo deshizo esta situación marcando el 1-2 en una buena jugada. El partido se le complicó al Eivissa, que a pesar de todo no se rindió y continuó presionando.
Así se acabó la primera mitad del partido, con la duda de si el Eivissa sería capaz de reaccionar para imponerse en la segunda mitad. A los 22 minutos de la reanudación y con el Eivissa atacando sin cesar, Víctor disparó desde fuera del área y cuando parecía que Raúl tenía el balón en su poder, éste se le escapó de las manos, con lo que el 2-2 subió al marcador.
El desconcierto en el Playas de Calvià fue absoluto. Tanto que un minuto después la delantera bermellona enlazó una gran jugada que acabó con un pase de José Luis hacia José Francisco, que a cogió a Raúl a contrapie marcando el 3-2 definitivo.
Los últimos minutos sirvieron para reafirmar el resultado. Ambos equipos tuvieron ocasiones para marcar de nuevo pero el guarismo final de 3-2 sería ya inamovible.
Finalmente y tras unos minutos de descuento el colegiado Martorell Coll pitó el final de un encuentro que deja a la afición bermellona con un buen sabor de boca y la esperanza de ver a un equipo más competitivo, capaz de pelearse con los primeros de la categoría.
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