La selección española solventó con un aprobado el enfrentamiento contra Austria. Foto: EFE

1 AUSTRIA: Manninger, Steiter, Wihklofer, Hatz, Kircher, Ibertsberger, Kühbauer, Mahlich, Mayrler, Cerny y Vastic.

Cambios: Weissenberger por Kircher (min. 65) y Schoop por Mahlich (min. 60)
3 ESPAÑA: Cañizares, M. Salgado, Hierro, Paco, Sergi, Luis Enrique, Valerón, Guardiola, Etxebarría, Raúl y Morientes.
Cambios: Engonga por Valerón (min. 68), Mendieta por Etxebarría (min. 80) y J. Guerrero por Morientes (min. 87).

GOLES.
0-1 min. 22: Raúl aprovecha un rechace del portero.
1-1 min. 49: Hierro en propia meta.
1-2 min. 53: Hierro de golpe franco.
1-3 min. 87: Luis Enrique de cabeza.
ARBITRO: Michel Piraux. Amonestó a Kircher (min. 20), Hatz (min. 41) y Wihklofer (min. 50), por parte austriaca; y a Guardiola (min. 51) y Engonga (min. 86), por parte española.
ESTADIO: Ernst Happel (unos 25.000 espectadores).

EUROPA PRESS - VIENA
La selección española solventó con aprobado el enfrentamiento contra Austria, consiguiendo con su victoria dar un paso casi definitivo en la carrera hacia la Eurocopa del 2000. El partido entre Austria y España traía el recuerdo de la tremenda goleada que los nuestros le endosaron a los centroeuropeos en Valencia.

Ya desde el principio, casi desde la ceremonia de los himnos, las caras de los jugadores y los gritos del público austriaco demostraban que el partido no iba a ser una cita más. A los 5 minutos, un par de entradas fuertes, que el árbitro obvió, cercioraban que el choque iba a ser eso, un partido fuerte y sin concesiones. Rápidamente España se hizo con el control relativo del encuentro. El 4-4-2 de Camacho se aposentó sobre el terreno de juego del antiguo Prater y empezó a mostrarse como el conjunto rocoso que viene siendo en las últimas citas. De todas formas, el partido avanzaba a trompicones, con un juego que no era precisamente fluido.

Las únicas oportunidades llegaban a balón parado hasta que Mahlich, en el minuto 20, con un toque finísimo puso el esférico en el palo de la meta defendida por Cañizares, despertando así el encuentro y llevando la inquietud al banquillo español. Tres minutos después, de nuevo Mahlich, no acertó de cabeza, a bocajarro, cuando lo más fácil era marcar.