VALENCIA - EUROPA PRESS
La selección española de fútbol que dirige José Antonio Camacho ensayó ayer, en el segundo entrenamiento, los movimientos de la defensa y la presión sobre el rival de cara al partido que jugará el sábado contra Austria.

El técnico puso mucho hincapié en los movimientos que debe realizar la defensa de cuatro hombres en línea a la hora de abortar los ataques. Para ello dispuso varias defensas. Una de ellas estuvo formadas por Sergi en la banda izquierda y Michel Salgado en la derecha con Hierro y César en el centro. La otra estuvo compuesta por Aranzábal en la izquierda, Mendieta en la derecha, con Paco y Hierro como centrales.

Además de la estrategia en la línea defensiva, Camacho también programó un ejercicio para practicar la presión y cómo salir de ella. Dispuso tres grupos de jugadores y uno de ellos debía de robar el balón al otro.

En la parte final de la sesión que duró algo más de una hora, Camacho con los mismos grupos de jugadores organizó partidillos en un cuarto de campo. Los equipos estuvieron formados por: Etxeberría, Paco, Guardiola, Raúl y Morientes; Engonga, Urzáiz, Munitis, Guerrero, Hierro y Aranzábal; mientras que el tercer grupo lo formaron Valerón, Mendieta, Sergi, Salgado, César y Luis Enrique.

Los componentes de la plantilla se encuentran suficientemente mentalizados de la importancia del encuentro del sábado, pero también de su dificultad. En este sentido, el centrocampista Fernando Hierro señaló que el conjunto austríaco saldrá al terreno con ánimo de revancha.

«Ellos querrán tomarse la revancha porque el resultado en Valencia fue muy contundente y ahora tratarán de demostrar que pueden superarnos», explicó.