Apagados los ecos de los recientes escándalos de dopaje, o al
menos atemperados por la inminencia del disparo de salida, los
lanzadores de martillo abrirán la ronda de competición a las diez
de la mañana en busca de un puesto en la final del domingo.
La primera jornada del torneo arrancará sólo unas horas después
de que en el estadio, construido en un tiempo récord de dos años,
se haya retirado el escenario dispuesto para la ceremonia inaugural
y todavía con la huella de los desperfectos dibujada en la
hierba.
Tres finales constituyen la parte más jugosa de la primera
jornada -las masculinas de 20 kms. marcha y peso, la femenina de
pértiga-, aun cuando las primeras rondas de 100 metros, con las
balas humanas Maurice Greene y Marion Jones sobre la pista, y de
1.500, con los «tres mosqueteros españoles», prometen deparar los
momentos más emocionantes.
Julio Martínez, de 25 años, cargará sobre sus hombros con la
responsabilidad de ser el favorito para colgarse el primer oro de
los campeonatos y también la primera medalla para su país en la
historia del torneo, tras haber logrado el 8 de mayo pasado su
excepcional registro de 1.17:46 en Alemania.
Para el español Francisco Fernández, «Paquillo», medallista de
bronce en los Europeos de Budapest, el trance no es menos
comprometido pues, sobre ser la primera esperanza española de
medalla, compite ante sus paisanos andaluces.
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