Andrés, su cita, es profesor de equitación y al conocerle, Carlos Sobera le ha preguntado que qué tal se le daban los caballos. Él le ha dicho que tenía caballos, pero no le ha gustado demasiado que Tanya le conociera con la pregunta «¿Eres mi vaquero?». Tras la pregunta, el soltero se quedó muy cortado para el resto de la noche y le ha respondido con un «depende».
Andrés ha intentado seguir adelante con la cita, pero la realidad era que a él las chicas rubias de pelo largo y rizado, vestidas con brilli-brilli, le causaban rechazo y Tanya no le había gustado nada de nada.
El hombre no paraba de dar pasos en falos. Comenzó a interesarse por la historia de Tanya y los caballos, pero cuando ella comentó tenía 37 años, ha tenido claro que le estaba mintiendo. Ella cree que aparenta menos porque hace muy ejercicio, pero Andrés no piensa igual «tiene 41 o más».
Tanya aprovechó para compartir con él y con toda la audiencia que se su perro «canta» y lo dejó muerto, al comensal. Después de eso, Andrés intentó mostrarse respetuoso y le ha respondido con un «¿Ladra?», pero ella le ha dicho que no, que su perro aullaba al ritmo de la música «sigue la nota y le estoy preparando para ‘Got Talent'. Ella estaba feliz y convencida de haber encontrado a su vaquero, pero el soltero no lo ha visto claro y se ha santiguado al grito de «¡Madre mía! Dios me libre».
Lo cierto es que a Andrés, lo que más le ha gustado de Tanya es: «nada, no me ha gustado absolutamente nada de ella».
Tanya le ha dicho que entre sus aficiones también estaba cantar y le ha propuesto demostrárselo, pero Andrés la ha frenado en seco «no quiero escucharte cantar ni a ti ni a nadie». Ella ha insistido, pero él le ha soltado un «tú come, come» y le ha puesto de excusa que le daba mucha vergüenza que le cantaran y más en público. ''No quiero escuchar a nadie. Me da vergüenza que canten delante de mí. No te levantes, por favor'', declaraba él.
Andrés pensaba que se iba a librar, pero Tanya no estaba dispuesta a marcharse de la tele sin demostrar lo que era capaz de hacer. Al final reconoció que la pregunta del vaquero y los brillos «me han asustado, eres una mujer muy imponente y yo busco algo más de estar por casa».
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