El único pero que se le puede poner a su participación en el reality de Telecinco tuvo lugar en la hoguera final, cuando decidió quemar a Rosito, un peluche de la infancia de su pareja. Sin embargo, el DJ se arrepintió de lo sucedido, y en el programa de reencuentro decidió regalarle otro como símbolo de paz y arrepentimiento.
Poco duró el hacha de guerra enterrada, pues durante El Debate de las Tentaciones Mayka le recriminó la venta de camisetas con la imagen del peluche. «Eso de hacer camisetas de Rosito es muy feo», le espetó ella. «Y ponerme los cuernos delante de todo el mundo no es feo», respondió tajante él.
En cualquier caso, varios meses después de haber finalizado el concurso, Pablo se encuentra en uno de sus mejores momentos, tal y como él mismo demuestra en sus redes sociales. El DJ ha podido finalmente cumplir uno de sus deseos tras su paso por La isla de las tentaciones: hacerse un injerto capilar.
«Me estáis preguntando mucho. Todavía voy lento y mareándome con la anestesia. Por ahí veis algo ya. Esta noche voy a dedicarla a informarme bien de todo lo que tengo que hacer, del cuidado, de hacerlo bien, no quiero cagarla. Mañana os explicaré y os enseñaré mejor, que sé que tenéis morbo. Tenéis curiosidad, es lógico», dijo tras su paso por la clínica.
No fue solo a su cita para cambiar su look. Rosito, como fiel compañero, le esperaba a las puertas del centro, tal y como publicó la propia clínica en sus redes sociales. «Hoy Pablo se enfrenta a la hoguera de confrontación más peliaguda. Una hoguera de confrontación que le cambiará la vida. Pablo y su emblemático look se enfrentarán cara a cara en nuestro nuevo quirófano», escribían.
Aunque para tranquilizar a los seguidores de Rosito aseguraban que «lo que sí podemos garantizarte es que esta vez Rosito no corre ningún peligro". "¿Estáis tan ansiosos como Rosito por ver el resultado?», preguntaban al final.
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