La organización del programa de Cuatro hace todo lo posible para emparejar a los comensales con personas con las que más podrían encajar, pero no siempre aciertan. En el caso de Judith y Beth han pensado que los polos opuestos se iban a atraer, pero no ha sido así.
Judith: 41 años, madre, camarera y cantautora
Judith tiene 41 años y las cosas muy claras. Es de esas personas que dice las cosas como las piensa, sin filtros y sin importarle en demasía lo que los demás piensen. Trabaja durante las temporadas de verano de camarera, y el resto del año se dedica al cuidado de sus tres hijos y a su faceta de cantautora. Ha tenido dos parejas masculinas, aunque ahora prefiere estar con una mujer. Sabe que le gustan ambos sexos desde una edad temprana: con 13 años le reveló su condición sexual a sus padres, un mal trago, ya que no la aceptaron y se fue de casa. Acudió al programa de este jueves en busca de una persona sincera, también de ideas claras y sobre todo, cuyo vínculo no genere toxicidad.
Beth: comercial de alta autoestima
Beth, por su parte, tiene 43 años y es comercial farmacéutica. Ha trabajado en sí misma en los últimos años, cambiando su físico y potenciando su autoestima, con lo que asegura: «Ahora gusto más a las mujeres».
Entre ambas no ha habido suerte ni la más mínima esperanza desde el principio. No se han gustado físicamente, pero tampoco han coincidido en valores ni en forma de ver la vida. La cita ha ido cada vez más a peor. Ya de primeras, Beth no ha dudado en expresar su horror porque Judith haya tenido tres hijos con dos hombres, pese a que le gustan las mujeres. Judith ha hecho el esfuerzo de interesarse por las aficiones de Beth, por sus hobbies, a lo que ella ha respondido que es de plan de película, manta y palomitas. Ni en lo más básico han coincidido, pues Judith es más de planes activos.
La peor parte de la cita ha llegado cuando Judith, quien hace sus pinitos de cantautora, ha interrumpido la cena para cantarle una canción en mitad del restaurante a su cita. Algo...que no le ha gustado para nada a Beth. Con cara de incredulidad y asco, ha sido presa de los nervios y de la vergüenza, comentando a las cámaras del programa que Judith estaba haciendo el ridículo: «Casi se me cae el cielo encima. Esto es lo que yo veo en la tele y pienso: ‘¿Qué haces, subnormal?'. Perdón por lo de subnormal, pero ¿qué haces?, ¿qué es lo que estás haciendo? ¿no ves que estás haciendo el ridículo? Ella misma se habrá dado cuenta que estaba haciendo el ridículo».
Tras la actuación de Judith, la cena no ha remontado. Tratando de salvar la situación como podían, la guinda del pastel ha sido cuando la camarera le ha preguntado a Beth sobre la «plandemia». Esta última, siendo comercial farmacéutica y habiendo sufrido por la enfermedad de la Covid, ha reprochado que Judith pensase que la pandemia había sido una farsa y una conspiración. Obviamente, acabada la cita, las dos han reconocido que no se han gustado e incluso Beth le ha espetado en la cara a Judith que no le gustaba nada su forma de vestir: «Pero eso no es un escote, es ir casi sin nada». Aquí Cupido no ha acertado y las dos han vuelto a casa, cada una por su cuenta.
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