«Sentí una infinita atracción hacia esas luces que flotaban en el vacío. Un salto y acabaría mi pesadilla. Un solo salto y estaríamos juntos eternamente», relata en el libro. Entonces, según cuenta, se acercó a la barandilla del acantilado que rodea la casa y comenzó a ver las luces de los barcos con la intentación de quitarse la vida. La actriz explica en las primeras páginas del libro que en ese momento empezó a recordar a su padre, que aún vivía, y al que cuidaba, y también pensó en el proyecto de la fundación que creó de Aless Lequio para luchar contra el cáncer.
Fue en ese momento cuando decidió empinarse «sobre la barandilla del acantilado». «Mi cuerpo estaba lleno de un amor infinito que me impulsaba irremediablemente hacia el vacío, hacia ti. No tenía miedo a la muerte», confiesa. Y cuenta que pensó en ese momento que «ya nada quedaba de la Ana madre, el único papel que había dado significado a mi vida. No quería vivir más estando muerta por dentro». Sin embargo, algo impidió que no lo hiciese. La actriz explica que observó que «pasó una estrella fugaz, se levantó el viento huracanado» y «el mar en calma se transformó en aguas revueltas» golpeando contra las rocas. Un hecho que dice que interpretó como una señal de su hijo Aless desde el cielo.
La primera vez que había intentado suicidarse fue poco después de la muerte de su hijo, en mayo de 2020. «Tenía todo planeado al milímetro desde hacía veinticuatro horas. En realidad, lo planeé el día que fui madre. Si mi hijo moría antes que yo, no sufriría ni un segundo: me iría con él». La artista relata el momento exacto en el que tomó la decisión: «Utilicé una fuerza desmesurada con los brazos que no cesaban de temblar y, aún así, tenía que darme prisa para que mis hermanas y Alessandro, que lloraban en el salón, no se dieran cuenta de mi ausencia». Fue en ese momento cuando Alessandro Lequio llamó a la puerta de la habitación y evitó que la actriz se quitase la vida.
El 28 de marzo de hizo público que Obregón había sido madre por gestación subrogada. Una semana después la actriz concedió una entrevista en ¡Hola! y aclaró que en realidad la pequeña Ana Sandra Lequio Obregón es su nieta: «Esta fue la última voluntad de Aless, la de traer un hijo suyo al mundo. «Es hija de Aless y cuando crezca le contaré que su padre fue un héroe, para que sepa quién es y lo orgullosa que tiene que estar de él», explicó en la revista. Tal y como detalló, cuando su hijo comenzó el procesó de quimioterapia «guardó muestras de su esperma, por si los medicamentos le afectaban en el futuro, para asegurarse de poder tener hijos». Estas muestras estaban conservadas en Nueva York y han sido las que se han utilizado para llevar a cabo el proceso de gestación.