Jolie hizo estas declaraciones en un coloquio del Festival Internacional de Cine de Camboya dirigido a jóvenes cineastas camboyanos en Phnom Penh, tras viajar desde Siem Reap, al noroeste del país, donde rueda desde noviembre pasado una película sobre una activista camboyana.
«Mi trabajo humanitario se ha unido a mi arte y me ha permitido hacer esta película junto a mi familia sobre un asunto que creo que es muy importante. Para mi este es un momento en el que finalmente mi vida se ha alineado y siento que estoy donde debería estar», afirmó Jolie.
La directora coproduce además esta película basada en las memorias de la activista camboyana Loung Ung, tituladas «Primero mataron a mi padre: una hija de Camboya recuerda».
Jolie tiene una relación especial con Camboya, donde adoptó a su primer hijo Maddox en 2002 y estableció una fundación que se encarga de la protección de un parque nacional e iniciativa educativas y de desarrollo.
En su nueva película, más de mil personas, en su mayoría locales, participan como extras, técnicos y otros trabajos relacionados con la producción en localizaciones que incluyen los históricos templos de Angkor Wat y Bayon.
La película terminará el rodaje en febrero de 2016 y será distribuida por la plataforma de televisión por internet Netflix.
Esta película «puede enseñar a la gente, a gran escala, lo que el cine camboyano puede ser», aseguró Jolie al comienzo del coloquio que se celebró en el teatro Chaktomuk de la capital camboyana.
La actriz, presidenta honoraria del Festival Internacional de Cine de Camboya, intercambió preguntas y experiencias junto al director de cine camboyano nominado al oscar y coproductor de la citada película, Rithy Panh, dos jóvenes promesas del cine local y el público asistente al acto.
«En este momento tenemos que construir algo, poner una semilla en la tierra, y esperar que un día el árbol crezca, pero no tenemos elección, venimos de una historia terrible», afirmó Rithy Panh al ser preguntado sobre su motivación actual como cineasta.
Camboya perdió a la mayoría de sus artistas, así como cualquiera que no se ajustase a la utopía agraria del régimen del Jemer Rojo, que causó la muerte de un cuarto de la población entre 1975 y 1979 debido a la hambruna, los campos de trabajo y las ejecuciones.
En el Festival Internacional de Cine de Camboya se proyectan más de ciento treinta películas de treinta y cuatro países hasta el diez de diciembre, y se centrará este año en el cine japonés, malasio y francés.
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