El modisto de 50 años, que accedió al tribunal discretamente para evitar al centenar de periodistas acreditados, explicó en inglés que, tras el último de los tres incidentes que le han costado dos denuncias y el despido como creador de la casa de moda Christian Dior, siguió una cura de rehabilitación en Arizona (EEUU) y en Suiza.
«Aún no me he recuperado del todo, pero estoy mucho mejor», comentó el creador, que se enfrenta a una pena máxima de hasta a seis meses de cárcel y a pagar una multa de 22.500 euros (33.330 dólares).
Vestido con un holgado traje oscuro, Galliano no negó los hechos que se le imputan y se limitó a decir que el cóctel de pastillas y alcohol que había consumido no le permiten recordar el grueso de los hechos.
«Después de la rehabilitación comprendí lo peligroso que era el cóctel», agregó el modisto, que reconoció que bebía regularmente desde que en 2007 perdió a su compañero Steve Robinson y debido al aumento de la carga de trabajo en Dior, que cada vez sacaba más colecciones y líneas de ropa.
El pasado febrero, el modisto profirió supuestamente insultos antisemitas y racistas contra una pareja sentada junto a él en el bar «La Perle», en el céntrico barrio del Marais de la capital francesa, de donde la policía se lo llevó detenido.
A raíz de esa denuncia, otra cliente del bar presentó otra denuncia por hechos similares presuntamente acontecidos el pasado mes de octubre.
Fue entonces cuando el diario británico «The Sun» colgó en internet un vídeo no profesional en el que se veía cómo el modisto, al parecer borracho, ensalzaba la figura de Hitler.
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