María Marí Colomar en la finca de Can Musón. | Daniel Espinosa

La finca ecológica Can Musón ha sido galardonado la pasada semana con el Premio de Turismo de las Islas Baleares 2017 en la categoría de mejor Responsabilidad Social Corporativa. El alma de este proyecto nacido hace casi 10 años, María Marí Colomar, mantuvo una cálida charla con PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA en el corazón de esta finca en las cercanías de Santa Eulària que hoy en día es un modelo a nivel internacional y en la que ya trabajan 8 personas.

—¿Cómo empezó este proyecto?
—Empezó con un proyecto de mi hijo en el año 2007 que se llamaba ‘S'allot verd', que estaba dedicado a los niños para que pudieran estar aquí en Can Musón y que las escuelas pudieran venir a disfrutar de este espacio. Por motivos profesionales él no podía hacerse cargo entonces, yo que soy muy traviesa y siempre lo he sido, decidí que yo lo llevaría adelante. Hice un montón de cursos de agricultura ecológica en Can Marines, al principio no tenía ni idea porque nunca me había dedicado a esto... empecé sembrando, luego teníamos una tiendecita pequeña y la gente me pedía por favor que los niños pudieran venir a disfrutar de este espacio. Y ahora lo disfrutan muchísimos niños y cada día vendemos más. Cuando empecé era un hobby, menos mal que he tenido la suerte de contar con el dinero para poderlo desarrollar, es un proyecto tan bonito que merece la pena, porque no he tenido ayuda de nadie. Poquito a poco hemos ido avanzado hasta el alto nivel que tenemos ahora. Llevamos 10 años de lucha incansable de 26 horas al día porque cuando duermo es cuando pienso lo que voy a desarrollar aquí.

—¿Cómo definiría ahora Can Musón?
—Es un sitio muy pero muy especial, único que está pensado para que mucha gente pueda venir a disfrutar de este espacio, sobre todo los niños.

—¿Por qué los niños son tan importantes en este proyecto?
—Es tan importante para ellos que tengan contacto con la naturaleza, saber de dónde viene un pollo, de donde viene un huevo... la mayoría de los que vienen aquí, que vienen de todas partes del mundo, no han visto en su vida o no tienen ni idea de lo que es un pollito, y cuando se los pones en las manos se emocionan muchísimo. Es una parte de la vida que todos deberíamos conocer, sobretodo ellos. Los niños tendrían que tener el conocimiento de qué comen y de donde viene la comida, es un conocimiento que tendríamos que tener todos, pero los niños en la escuela deberían tener una asignatura de esto. De agricultura en general, qué es lo que comemos, de donde viene lo que comemos, que es lo que debemos comer y lo que no, que es lo que nos hace bien y lo que no... todo el producto ecológico da una energía al cuerpo impresionante. Mírame a mi, veo a los jóvenes diciendo «¡Qué cansado estoy!» y yo no estoy cansada, ya no como nada que no sea ecológico. Es lo que te da energía para seguir luchando y seguir adelante, lo demás te quita energía del cuerpo.

—¿Cuáles son los problemas que tenéis que superar diariamente?
—El problema diario es el económico. No he tenido ayuda del ayuntamiento, solo un poquito del Consell pero las ayudas no llegan a nada comparado con lo que se necesita. Tiene que pasar mucho tiempo y hay mucho trabajo por hacer sobre lo ecológico, y eso que en Ibiza estamos bastante concienciados al respecto, hay muchas tiendas de este tipo y mucha gente que consume ecológico.

—Habéis recibido la pasada el Premio de Turismo de las Islas Baleares 2017 en la categoría de mejor Responsabilidad Social Corporativa.
—Hemos recibido un gran premio y para nosotros es un gran honor. Este premio demuestra la importancia que tiene este proyecto en la sociedad en general, tanto para la gente de aquí como para los turistas. Muchísimos me dicen «gracias María por haber creado este espacio y que nosotros lo podamos disfrutar», hay mucha demanda, hay mucho turismo que no quiere beach clubs ni discotecas, sino estar aquí, sobre todo familias.

—¿Se debería incluir más en el modelo turístico?
—Sí, se debería contemplar en el modelo turístico y cambiar un poco este lema actual de un turismo que no es lo que quiere mucha gente. Hay una gran masa que quiere este tipo de ‘turismo ecológico'. La prueba está en la gran demanda que tenemos de todas partes del mundo y mails que nos envían para visitar Can Musón.

—¿Os habéis convertido en una referencia internacional?
—Efectivamente, hemos recibido consultas de Estados Unidos, de Francia, de Alemania, de Bélgica, de todo el mundo, en muchos casos para ‘exportar' el modelo incluyendo las visitas de familias con niños. Otros nos preguntan como tienen que hacer para venir a visitarnos durante sus vacaciones... cuando quieran, puede venir todo el mundo a visitar nuestra finca.

—¿Cuantas personas dan vida a Can Musón ahora?
—En estos momentos trabajan aquí 8 personas. Ahora mantener Can Musón cuesta mucho dinero y mucho esfuerzo aunque no parezca para que estas visitas puedan acceder a Can Musón hay un coste grande detrás.

—¿Cómo se presenta el futuro?
—El futuro es muy halagüeño. Estoy muy contenta porque me doy cuenta de que esto ha ido caminando poco a poco pero va a pasos agigantados ahora. Mi gran ilusión es que tengo el respaldo de mi hijo pequeño que le encanta este proyecto y él lo seguirá cuando yo deje de estar al frente de él. Para el 2018 tenemos ya varias iniciativas en marcha, mejorar Can Musón, mejorar todas las instalaciones para que cada día sea más bonito, incrementar la cantidad de animales para que a la gente le guste aún más venir. Es muy importante que nos visite cada vez más gente para crecer más y para que la gente se acerque a lo ecológico.

—Además, ya habéis aportado vuestro granito de arena concienciando a los niños todo este tiempo...
—Sí, también. Están encantados los niños cuando vienen, a todos los niños que vienen les servirá esta experiencia para toda la vida, no se les olvida nunca. Ven cómo ponen los huevos las gallinas, los recogen. Se hacen una tortilla riquísima y se la comen, cuando hay cabras que vayan a parir los llevamos para que vean como nacen... Es la realidad de la vida, la naturaleza. Mi lucha es detener la ignorancia, especialmente en los niños, es muy importante tener la sabiduría de qué comemos, es fundamental.

—Estas ayudas que no hay ahora ayudaría a bajar los precios de los productos ecológicos?
—La gente cree que son muy caros pero no es cierto, hay una pequeña diferencia con el convencional pero tampoco es tanta. Si piensas en el dinero que te gastas en otras cosas el dinero que se va en comida tampoco es tanto comparado con la luz, el agua, la gasolina, etc. Además, se compra mejor. Van al supermercado y llenan un carro cuando la mitad acaba en la basura, la gente que viene aquí a hace la compra para la semana y no lo pierde aunque sea más perecedero porque no tiene conservantes. Es una compra más responsable. Nosotros producimos todo lo que podemos: huevos, mermeladas, vinos, coles, naranjas, lechugas, etc. Incluso tenemos talleres que incrementaremos de cara al año próximo para fomentar e informar a la gente. Por ejemplo, los viernes a las 11,00 horas tenemos un taller de pan y pizza que es totalmente libre y al que pueden venir los niños y comerse la pizza aquí y llevarse el pan a casa.

—¿La isla podría ser un icono ecológico por sus dimensiones y sus condiciones climáticas?
—He sido la presidenta de los agricultores ecológicos durante muchísimos años y en la última reunión del Consell agrario un señor muy mayor dijo «los ibicencos tendríamos que luchar todos para que nuestra isla fuera 100% ecológica» y tenía mucha razón. Eso sería fantástico pero para eso necesitamos la ayuda y el apoyo de los de ‘más arriba', facilitar que la burocracia no sea tan excesiva... Mientras esto no pase no habrá más proyectos como el nuestro y es una pena. Mientras pueda seguiré luchando por este proyecto y para que cada día haya más gente que lo pueda disfrutar. La pena que tengo es que no haya más espacios como el nuestro. Combatir la ignorancia en el sector de la alimentación es muy importante, hay que informar a la gente de los efectos y beneficios del producto ecológico. Tenemos muchos clientes enfermos de cáncer que necesitan estos productos. Hay determinados productos que benefician que se reduzca el tumor y hay otros que hacen que crezca, esto es lo que la gente debe conocer antes de estar enfermos. Me gustaría hacer un llamamiento a los políticos porque ninguna persona puede lanzar un proyecto así solo, la lucha es tan grande que te rindes antes de la mitad del emprendimiento gracias a la gran cantidad de dificultades que debes superar. Deben invertir para que nuestros campos sean jardines y no zonas desiertas.