El doctor ingeniero agrónomo y técnico de promoción de la calidad agroalimentaria del Consell d'Eivissa Josep Lluís Joan anunció ayer que el futuro de la apicultura en Eivissa pasa por la incorporación de nuevos profesionales, pues actualmente la asociación apenas cuenta con un centenar, y por la recuperación de la raza autóctona de la abeja ibicenca.
«Lo cierto es que la apicultura en Eivissa no pasa por su mejor momento», confesó resignado Joan. Entre las razones que han llevado a esta situación, destacó el técnico ese escaso número de apicultores que hay en la isla y la poca gente que se está incorporando, «hay muy poco relevo generacional», aseguró.
Joan explicó que además, «a raíz de la globalización y de que hayan llegado a Ibiza razas mejoradas de abejas, «de que haya habido una selección en función de la productividad y docilidad de las abejas», también ha habido mucho movimiento de reinas de diferentes razas y países. «Sobre todo de reinas italianas o alemanas, del centro de Europa».
Al parecer, esto ha supuesto que se haya ido diluyendo la población autóctona y en consecuencia que las abejas ibicencas sean menos resistentes frente a las enfermedades que otras razas les puedan transmitir. «No hay que ser chovinista y no es que la abeja ibicenca sea mejor que otras, sino que es la que mejor se ha adaptado a las condiciones naturales de la isla. Son poblaciones que se han seleccionado de manera natural. Al entrar nuevas, se diluye la población ibicenca y las nuevas poblaciones son menos resistentes que las que teníamos antiguamente», aseguró el técnico del Consell.
Ahora hay que cuidar minuciosamente las colmenas para que no enfermen y mueran las abejas y, pese al cuidado humano, se suelen perder entre el 20 y el 30% de las colmenas en Ibiza cada año por esta razón. Es más, informó Josep Lluís Joan, «ahora mismo la situación es tan difícil que a nivel global sin la ayuda del hombre una población de abejas no va a sobrevivir».
Es por ese motivo que, «lo que estamos pidiendo a la gente es que no traiga abejas de fuera, que no traiga reinas. Nos queda el reto de trabajar en un programa de recuperación de la raza autóctona que esperamos poder arrancar en breve. Sobre todo para que podamos suministrar reinas ibicencas y para evitar la entrada de reinas de fuera y que de este modo no entren más enfermedades».
Estas fueron algunas de las conclusiones más destacadas de la charla que ofreció ayer Josep Lluís Joan en la sala Ebusus bajo el título de La miel de Ibiza en el siglo XXI. Una conferencia enmarcada en Artimel, la segunda muestra de arte que celebra en estos días el Institut d'Estudis Eivissencs (IEE) y que trata de dar a conocer a nuestros artistas y también de popularizar la apicultura y la miel que se hacen en la isla, «de gran calidad, y todavía no bien conocida», aseguraron desde el IEE.
El experto, también habló de las amenazas a las que se pueden enfrentar las abejas de la isla y destacó la plaga de un escarabajo africano muy agresivo que devora las colmenas y las destroza. «La abeja africana es más fuerte y sí que puede luchar contra él, pero las de aquí son más dóciles y no tienen nada que hacer», indicó.
«Lo cierto es que es una gran lástima que un producto que es tan apreciado en la cultura ibicenca y en la gastronomía porque es así, que además hay una demanda impresionante porque dadas las circunstancias y los precios elevados, se vende muy bien. La lástima es que no tengamos ahora productores que generen suficiente cantidad de miel para abastecer al mercado». Para Joan existe una oportunidad actualmente y es que «tenemos un mercado que está pidiendo miel de Ibiza a voces. Son mieles muy buenas, muy valoradas muy especiales. El reto es que haya apicultores, que puedan continuar trabajando, que puedan suministrar mieles y promover la raza autóctona como medida de futuro porque serán más resistentes frente a toda esa globalización y a esos entornos cambiantes».
Este experto del Consell también señaló que la apicultura siempre ha sido una actividad muy tradicional en Ibiza, «relacionada con las labores del hombre como otras tantas tenía la mujer». Casi todas la casas pagesas tenían unas cuantas casas tradicionales de abejas, de las antiguas. «Luego la gente se renovó y dejó estas o cambió a las modernas de madera y ahora son muy pocas las casas de abejas tradicionales que todavía funcionan en Ibiza», indicó.
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