La música en vivo y el ambiente de alegría y diversión se trasladaron ayer a este mercadillo situado en el cruce de caminos de Buscastell, junto a Can Tixedó Art Café. A pocos metros de la entrada principal, Antonio Boned,de 85 años, y su mujer Catalina Ribas, de 80 años, se empleaban para elaborar cestos típicos de Ibiza con rama de olivo borde y caña. La moda ecológica de la isla también acaparó todas las miradas. Además, los visitantes pudieron llevarse a casa azafrán, tóxico facial y semillas realizadas con el agua de mar de Ibiza y Formentera.
Lo cierto es que Buscastell vivió ayer una gran fiesta. Nadie se quería perder esta cita. «Nos gustan mucho los puestos de verdura», dejó claro Ainhoa Alda, vecina de Sant Antoni, con un queso fresco en la mano.
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